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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

1
Jul
2009
Soledad en medio de la gente
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Seguro que no se hablará tanto de ello, pero ha muerto –últimamente se muere demasiado- Pina Bausch. Esta bailarina y coreógrafa ha sido un referente en la danza contemporánea.

 

Con una sólida formación clásica, decidió abrir nuevos caminos en vez de repetir, versionar o perfeccionar creaciones ya conocidas. Algunos no entendieron que caminar tropezando entre sillas, repetir mecánicamente un abrazo, caerse como una marioneta a la que le cortan las cuerdas, retorcerse desde la violencia que brota del interior… fuese danza. A lo sumo sería “teatro” en el más peyorativo de los sentidos. Pero a ella le interesaba recorrer las pasiones, las obsesiones, las lindes de la condición humana con el ritmo que ellas mismas generaban. Cosa que muchos intentamos intentar, pero que, sin verdadero arte, puede quedarse en una pantomima ridícula. Ahí radica la diferencia.

 

Me ha sorprendido leer en algún comentario que han habido suicidios por la muerte de Michael Jackson. No creo que nadie se suicide por la muerte de Pina Bausch. Quedémonos con el auxilio que el arte de estos dos creadores haya podido dar a cualquier persona, pues es eso lo que ya forma parte de nosotros.

 

Y, como homenaje, dejemos este video –perdón por la mala calidad de la imagen- en que Bausch, casi autista en un café, consigue expresar esa soledad que tantas veces hemos sentido en medio de la gente que va y que viene.

 

Y demos gracias a Dios por el hecho de que haya personas que reconviertan lo que les hace sufrir, lo que los aísla en una soledad interminable, lo que los tortura, en un manantial de belleza y de comunicación. Porque, si es cierto lo que decía Capote, que cuando Dios da un don a alguien le da a la vez un látigo con que fustigarse, también es cierto que el látigo con que nos torturamos a lo mejor no es sino la cara B del don más especial que se nos ha dado.

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27
Jun
2009
Dioses que mueren
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No sé hasta qué punto nos damos cuenta de que muchos de los productos culturales de masas son exactamente eso: productos para el consumo masivo. Es como la hamburguesa de McDonald´s: algo que es lo mismo en Paulenca que en Yibuti y que gusta por igual a gentes muy diversas. Es un negocio y una empresa. El hecho de ser el plato más global, más universal, más vendido no nos hará pensar que es el mejor: simplemente es el mejor situado estratégicamente, el más omnipresente, el mejor colocado desde el punto de vista del merchandising o como se llame.

 

Con los productos culturales ocurre lo mismo. Muchas de las estrellas del firmamento musical global son un producto más, como lo pueda ser un McMenú o un McPollo. Tan sólo se necesita haber encontrado a la persona que pueda resistir los cambios, los arreglos, las metamorfosis que los creadores del personaje y toda su compleja maquinaria vean necesarios hacer para mantener el producto en la franja justa, adecuada a cada cierto tiempo, perfectamente ubicable sin estridencias en muchos contextos distintos.

 

A pocos se les ocurrirá pensar que Madonna o Michael Jackson son los artífices de sus composiciones, sus videos, sus coreografías, sus cambios de moda, sus espectaculares conciertos, sus giros e incorporaciones de influencias de estilo. Para eso están los cazatendencias, los asesores, los productores, los que compran los derechos de otros artistas y se van haciendo con lo mejorcito y más sorprendente para integrarlo y asimilarlo dentro de su producto.

 

Pero se requiere la persona que soporte el peso de todo esto. La persona que dé soporte al personaje. Para hacerle la tarea más fácil, se le adulará, se le mimará, se le mentirá, se lo endiosará, se la mantendrá en una eterna burbuja, en un estado de perpetuo Peter Pan.

 

Jackson tenía talento, sí. Pero eso era lo de menos mientras fuera rentable. Y al final la persona ha sido aplastada por el peso del monstruo, del personaje.

 

Mi generación ha crecido con sus canciones, sus bailes y sus videos. Como los niños que crecen en McDonald´s y en pizzerías y al final no tenemos el cuerpo hecho al pan duro, a la carne con hueso… Es una metáfora, claro.

 

Querido Jacko: que  encuentres el descanso y la claridad que en el fondo buscabas.

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22
Jun
2009
Soy diferente
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Definitivamente han evolucionado. Ahora en las iglesias saben distinguir un capitel renacentista de uno plateresco –esa algarabía-. Las visitaban y las analizaban gracias a los ciclos de Patrimonio. Ahora las disfrutaban realmente, en compañía de personas cultas.

 

 

Desde que se había apuntado a aquellos cursillos, se sentía especial, diferente a las demás. Tenía una visión más amplia de las cosas, podía entender las partes y los detalles de una catedral, podía apreciar la composición de un fresco, desentrañar los símbolos y metáforas de un retablo. Hay tantos mitos en lo religioso. Y la gente no se da cuenta.

 

 

Se sentían definitivamente distintos. No les pegaba ya el cuerpo en la catequesis de adultos. La cultura nos hace libres. Son todas tan grises, tan iguales. Les vendría bien modernizarse un poco, hacer más viajes, ver más mundo. Dejarse de supersticiones y beaterías.

 

 

En todo caso, ya no me reconozco en esa señora de coro parroquial. Conocer te hace independiente. En aquellas reuniones siempre salían los mismos problemas. Todo aquello está bien para quien lo necesita. Afortunadamente ya tengo otros horizontes. Estas personas son más interesantes, da gusto oirlas. Te desmontan muchas creencias superadas. Es tan hermoso disfrutar el misterio de estos templos grandiosos y bellos. Claro, como la Iglesia tenía todo el dinero y dominaba la cultura…

 

Se cortó el pelo, se puso mechas, prefiere andar en deportivas; y, desde que Armando se jubiló, me acompaña a conferencias y no está tan liado en las cosas de las cofradías. Nunca me he visto como una beata. Me gusta ir por libre. Está muy bien lo de la Iglesia para quien no ha conocido más cosas, pero desde que me apunté a estas charlas no me las dan con queso...

 

-...y lo triste es que estaba convencida.

 

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18
Jun
2009
Para que tú nacieras
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Abrir el apartado de correos. Encontrar entre los sobres uno largamente esperado. Remite Miguel D´Ors. Dentro del sobre, la última antología de su poesía. Abrirlo. Página 3: dedicatoria. Antes de ir a la sección de libros dedicados, pasará unas noches en mi mesilla de noche.

 

Y en tiempos de banalidad para con la vida, encontrar esta joya:

 

TODO OCURRIÓ PARA QUE TÚ NACIERAS

Para tu sola vida cuántas vidas
hicieron falta... Piensa las alcobas, las fiestas,
las guerras, las ciudades,
todo lo que es tu ayer secretamente,
la confabulación milenaria que hizo
que tú fueras.
                        Tu padre —Teruel, Brunete, el Ebro...—
leyendo en la trinchera
hexámetros desbaratados por el fuego
de mortero, tu abuelo por las arduas
alturas de Cerdedo o Pedamúa
con un morral convulso de perdices,
tu bisabuelo en una atardecida
melodiosa de Cuba, mirando el mar Caribe
pero viendo la dolça Catalunya,
«Ferro Velho» posando para un daguerrotipo
con leontina y sombrero y paraguas y puro,
y los Peix, los Vidal, los Estévez, los Orge,
los Pérez, los Rovira..., todos, con sus oficios,
sus barbas, sus mujeres
y sus males, desvaneciéndose en el tiempo,
en la fosa común del olvido... Y avanza,
adéntrate en la niebla de los siglos,
suponte un peregrino
adivinando Astorga allá en la madrugada,
imagínate un moro que, herido, ve alejarse
la fiera polvareda de su hueste,
mira un hombre que extiende en una roca
la fétida pelleja de una loba,
mira los centuriones rutilantes
en torno a la fogata, y Aníbal y Cartago,
y la mujer sangrienta que jadea
pariendo en un brazado de helechos, y el hirsuto
pintor de renos y uros que cambia por seis hachas
medianas una hembra... y todo lo que tuvo
que suceder para que tú nacieras
desde que aquellas Manos amasaron
el limo primigenio. Modelado
también para que de él esta mañana
brotara este poema.

Miguel D´Ors. El misterio de la felicidad. Antología poética

Ed. Renacimiento. Sevilla 2009. Pp. 56-58

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10
Jun
2009
Dogma 95
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A mediados de los 90, algunos amigos y servidor asistíamos entusiasmados al fenómeno Dogma 95.

 

El Dogma 95 era un manifiesto cinematográfico que abría un camino hacia una forma de hacer cine diferente, más pura, más auténtica. Lo de llamarse Dogma se debía a una serie de principios, llamados voto de castidad, que había que cumplir obligatoriamente para insertarse de lleno en esta nueva corriente. El gran gurú del movimento, que tenía sus raíces en Dinamarca, era Lars von Trier.

 

Nos encantaban las películas de von Trier. No nos perdíamos una. Hasta organizamos algún cineforum. Aquello era realmente nuevo, sugerente, auténtico, genial… A uno le daban ganas de echarse la cámara al hombro y rodar su propia peli Dogma, pues, la verdad, poco se necesitaba para ello, habida cuenta de que el Dogma prescinde de toda artificialidad y complejidad técnica.

 

Este movimiento realmente consiguió renovar el panorama cinematográfico. Y, cuando el propio von Trier decidió que también valía saltarse las reglas de su propio Dogma –pues, en arte, cualquier dogma no es sino una provocación para transgredirse a sí mismo- la cosa siguió yendo fenomenalmente bien: y así nos regaló Bailando en la oscuridad, una de las pelis más inquietantes, originales y abierta a todo tipo de enfoques que habíamos visto en mucho tiempo.

 

A esas alturas ya sabíamos que Lars von Trier estaba loco, así como la actriz elegida para la titánica tarea de dar vida a la ciega protagonista: la cantante islandesa Bjork, responsable también de la mágica banda sonora, que ni había protagonizado una película antes ni lo ha vuelto a hacer después, pero que ganó la Palma a la mejor actriz en Cannes. Dicen que en el rodaje los accesos neuróticos de director y actriz eran antológicos. Bjork llegó a romperse la ropa a bocados y casi, casi llegan a las manos… Pero ahí esta Bailando en la oscuridad.

 

Von Trier siguió rodando y experimentando. Y ahora, tras una famosa depresión, ha vuelto al último festival de Cannes con la cinta Anticristo. La crítica lo ha degollado. Su mente ha ido más allá de lo que se pueda pensar: mutilaciones en detallados planos, sexo explícito, sangre, culpa y angustia por doquier. Dicen que hay escenas que no se pueden soportar sin cerrar los ojos. Pero de Anticristo hablaremos en otro post, que este es ya muy largo.

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4
Jun
2009
Perdóname
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Con la letra de las canciones modernas no siempre me aclaro. Me pasa con el último single de Amaral, titulado Perdóname.

 

Me encanta Amaral, y cuando escuché su último disco, Perdóname fue una de los temas que más me gustó. La frase ...hay demasiados corazones sin consuelo ha vuelto a mi memoria en estos días del Espíritu Santo, el consolador. De hecho, el otro día, domingo de Pentecostés, volviendo de León, la pusieron en la radio. Pensé contarlo aquí, pero al ir a la letra, no acabo de aclararme: ¿de qué habla? ¿De tantos corazones sin consuelo como hay en el mundo? ¿De alguien desconsolado que ha tomado una decisión y a quien se le pide que no la lleve a cabo? ¿De alguien que ha tomado una decisión vocacional y a quien también se le ruega que no la realice? ¿Es una canción para pedir perdón por algo? ¿Habla, quizá, simplemente, de todo ello a la vez, así, de modo no muy lógico, sino más bien narrativo o poético? ¿O se trata -pensemos en términos de marketing- de una canción hecha de frases bonitas, atractivas, emotivas, fáciles de recordar, pegadizas, para enganchar al oyente?

 

En todo caso, me gusta. Y me gusta pensar en el Espíritu que consuela los corazones  y en la amistad cuando la escucho. Yo creo que eso ya es mucho. ¿Qué tal si nos ayudamos a entenderla? es decir: ¿la bailamos juntos?

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2
Jun
2009
Fama
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-Para alcanzar lo que uno se propone en la vida hay que luchar mucho. Se necesitan constancia, coraje, perseverancia, sacrificio, renuncia, esfuerzo, fe en uno mismo, abnegación, arrojo…

-Desde luego que sí. ¿Y tú que quieres ser?

-Famosa.

 

Esto es un chiste. Lo he tomado de una revista. Pero cuando doy un vistazo a la televisión, me doy cuenta de que es verdad: jóvenes toreros que quieren ser José Tomás o el Juli y son víctima de cogidas de asta impresionantes porque entran al toro con todas sus vísceras, pero sin la magia, la emoción, la contención, la poesía o la depuración de quienes llevan de verdad el duende en las venas. O, peor aún, jóvenes monísimas y monísimos que quieren ganar concursos de baile por su cara bonita, por su desnuda nalga, pero que no alcanzan con sus miembros la pureza de movimiento y la elasticidad que sólo dan horas y horas de barra fija, ni la elegancia conquistada en la disciplina del ballet clásico, ni la percepción del movimiento y la inmovilidad interiores, base para poder transgredir realmente y pasar a la verdadera innovación.

 

Carne de un día para los medios. Bailes, faenas, canciones cuya carencia de alma ni la más sofisticada escenografía sostiene. Cuando hay alma, hay arte. Y, entonces, da igual que haya un sólo micrófono o un sencillo violín o que los acompañe toda una orquesta: el alma habla y la emoción –del tipo que sea- trasciende al público, que ya no es publico, sino parte de una experiencia de belleza compartida.

 

Y, aunque no, también estoy hablando de Eurovisión. Jeje.

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27
May
2009
Viriditas
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Se acerca Pentecostés. El Espíritu Santo es, de las Divinas Personas, la que está rodeada de la simbólica más rica. Quizá por aquello de su estar en todo, siendo a la vez inaprensible.

 

 

Fuego, agua, calor, viento, pájaro, vino…Y una imagen más que recientemente he encontrado. Quien la utiliza no siempre la asocia al Espíritu Santo. Pero tampoco podemos decir que no se trate del Espíritu Santo. Es la palabra viriditas.

 

Se trata de una de las imágenes más importantes en los escritos de Hildegarda von Bingen. La viriditas, o el poder de enverdecer, es una palabra latina que ella inventó -(bueno, no, pero casi)- para expresar el poder fertilizante de la divinidad, que crea, alimenta, alienta, vitaliza, vigoriza... Viriditas es el florecimiento primaveral que anima la creación y que también despierta la fuerza vital en los seres humanos. Como explicó en un sermón en la catedral de Colonia, sin viriditas todo se torna yermo y marchito:

 

Él Quien lo ha creado todo mostró el testimonio de los testimonios en todas Sus obras, para que cada cosa creada se hiciera presente… Pues el sol es como la luz de Sus ojos, el viento como el escuchar de Sus oídos, el aire como Su fragancia, el rocío como Su gusto, emana viriditas como Su boca… Si las nubes no tuvieran fuego y agua, no habría vínculo firme, y si la tierra no tuviera humedad y viriditas, se derrumbaría como las cenizas…

 

 

En otros lugares, habla de la viriditas referida al dedo enverdecedor de Dios (O viriditas digiti Dei), lo cual ha suscitado en algún comentarista la idea de intentar un metafórico rotacismo fonético que cambie la d por l y hablemos de la virilitas de Dios. Entonces el Espíritu sería la virilidad de Dios, su poder viril vitalizador.

 

Sin embargo, este juego de palabras nos perdería de vista la vertiente femenina del Espíritu (Ruah, espíritu en hebreo, es una palabra femenina).

 

En todo caso, florezcamos con la viriditas Dei en este Pentecostés y con la música de Hildegarda, quien, además, era una excelente compositora.

 

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19
May
2009
Benedetti
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Logró llevar la poesía al gran público. Cuando dejó a un lado el panfleto, consiguió que la denuncia de las injusticias fuera poesía –dejemos, de momento, que fuera más o menos, mejor o peor poesía-. En todo caso, su persona no fue distinta de su búsqueda de la justicia por los caminos de la belleza y la verdad. Ha muerto Mario Benedetti. Aquí queda un poema suyo.

 

AUSENCIA DE DIOS

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

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17
May
2009
Déjame entrar
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¿Por qué somos malos? Supongamos que nos alimentamos de sangre, que somos vampiros y esa es nuestra naturaleza sin otro remedio que el que alguien nos clave una estaca en el corazón o nos exponga a la luz del sol hasta que estallemos en fuego.

 

¿Quién puede entrar en la vida de un vampiro sediento? Supongamos que sólo quien no lo sabe, quien lo ve con inocencia, quien no le tiene miedo. Y, cuando sepa que es un ser que vive chupándole la sangre a la gente ¿quién querrá seguir siendo su amigo?, ¿quién lo dejará entrar en su vida? ¿Es la tendencia al mal realmente irremediable, irredimible?

 

Estas preguntas son sólo una forma de abordar la película Déjame entrar. Porque la película no se presta a la reflexión: no está hecha para ser pensada, sino sólo tragada. Pero eso sí: como se traga un dulce caramelo terrorífico. No sabes lo que te comes hasta que, dentro de ti, comienza a desleír un ácido tan frío que te deja los ojos congelados.

 

El trabajo del sueco Tomas Alfredson es una peli de vampiros, pero es una vuelta de tuerca al género y, por ende, nos lleva a algo más: la incomunicación, la amistad, el amor, la incomprensión, la maldad consentida frente a la maldad como enfermedad.

 

Y, cinematográficamente hablando, de un estilo heladamente inconfundible que hace ver que la capacidad de emocionar y horrorizar en una misma escena es cosa de la inteligencia y del saber narrar, y no de los trucos o los efectos especiales.

 

La crítica la ha aclamado ya como una de las mejores películas de terror en décadas.Pero en este blog, sin ponernos pedantes, digamos con Heidegger: sólo un Dios puede salvarnos.

 

 

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