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Jul2009Soledad en medio de la gente
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Jul
Seguro que no se hablará tanto de ello, pero ha muerto –últimamente se muere demasiado- Pina Bausch. Esta bailarina y coreógrafa ha sido un referente en la danza contemporánea.
Con una sólida formación clásica, decidió abrir nuevos caminos en vez de repetir, versionar o perfeccionar creaciones ya conocidas. Algunos no entendieron que caminar tropezando entre sillas, repetir mecánicamente un abrazo, caerse como una marioneta a la que le cortan las cuerdas, retorcerse desde la violencia que brota del interior… fuese danza. A lo sumo sería “teatro” en el más peyorativo de los sentidos. Pero a ella le interesaba recorrer las pasiones, las obsesiones, las lindes de la condición humana con el ritmo que ellas mismas generaban. Cosa que muchos intentamos intentar, pero que, sin verdadero arte, puede quedarse en una pantomima ridícula. Ahí radica la diferencia.
Me ha sorprendido leer en algún comentario que han habido suicidios por la muerte de Michael Jackson. No creo que nadie se suicide por la muerte de Pina Bausch. Quedémonos con el auxilio que el arte de estos dos creadores haya podido dar a cualquier persona, pues es eso lo que ya forma parte de nosotros.
Y, como homenaje, dejemos este video –perdón por la mala calidad de la imagen- en que Bausch, casi autista en un café, consigue expresar esa soledad que tantas veces hemos sentido en medio de la gente que va y que viene.
Y demos gracias a Dios por el hecho de que haya personas que reconviertan lo que les hace sufrir, lo que los aísla en una soledad interminable, lo que los tortura, en un manantial de belleza y de comunicación. Porque, si es cierto lo que decía Capote, que cuando Dios da un don a alguien le da a la vez un látigo con que fustigarse, también es cierto que el látigo con que nos torturamos a lo mejor no es sino la cara B del don más especial que se nos ha dado.