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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

2
Dic
2007
Ni un cadáver nos es dado
3 comentarios

 

El Premio Cervantes de este año ha recaído en Juan Gelman. Era el candidato propuesto por Gamoneda, el ganador del año anterior, al parecer –méritos tampoco le faltaban- con todo el apoyo de Zapatero. Ya se ha anunciado la reforma del código por el que se rige la designación del jurado del premio más importante de las letras hispanas, actualmente fuertemente dependiente del gobierno de turno, a fin de democratizarlo. Bienvenida sea la reforma.

 

Yo me alegro del premio a Gelman por dos razones. Primera: por cruzar una vez más el Atlántico, pues en América están la fuerza mayor y el futuro del idioma español. Segunda: por tratarse nuevamente, sobre todo, de un poeta. Ante tanto exceso de palabrería, la poesía, la buena, sigue siendo el reducto de la palabra, el lugar de su pureza. Los lectores de poesía son una inmensa minoría. Pero la fuerza de ella va por delante abriendo siempre camino. Lo que permanece, dijo Hölderlin, lo fundan los poetas.

 

Conocí, poco y mal, la obra de Gelman hace unos años. Pensé, sinceramente, que era un poeta menor. Pero admiré el modo en que las circunstancias de su vida arrasaban en su poesía. Tanta ruptura y dolor en la persona entraban a romper la sintaxis de los poemas. Tanta persecución llenaba de abolladuras la semántica. Tanta asfixia y angustia buscaban una salida en los neologismos.

 

El asesinato de su hijo y la tortura de su nuera por parte de la dictadura argentina me impresionaron entonces. Ni tan siquiera le fue dado el cadáver del hijo. Y escribí un poema en el libro inédito Del libro de la Gloria que les ofrezco a continuación:

 

LOS DESAPARECIDOS

 

Recipientes mis manos de un tajo para la habitación de la ceniza

que no nos fue entregada.

Caña, madera, hueso:nada.

Astilla funeral sin relicario

es el dolor que no tendrá con duelo

el fruto de su vientre y su mortaja.

 

Tampoco así.

 

Nadie concede que lloremos.

 

Carne de amar que no madura puerta por si asoman:

como el ciervo:

con el ciervo:

ciervos ya como la aurora.

 

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28
Nov
2007
Por puertos y cunetas
5 comentarios

 

A Pablo le sentaron mal aquellos comentarios. -Son unos retrógrados y unos cursis –pensaba de vuelta al piso. Si de ellos dependiera, un poema no sería más que una sarta de rosas ripiosas y alegres claveles. -Pero, bueno, y a mí qué; que escriban como quieran. Esa tertulia huele a naftalina. Siempre dando vueltas a los mismos lugares comunes.

En el fondo a Pablo no le daba igual:

-Una cosa es que no se enteren y otra que su sensibilidad acartonada  sea  la medida de lo que un poema puede y debe decir.

-¿Por qué no hablar de las cunetas, de los puertos oxidados? ¿Qué se creen que hacía San Juan dela Cruzbuscando a Dios por fuertes y fronteras? ¿A qué le tienen  miedo? ¿A palabras como alambre, grúa, gasolina...? ¿farola caos orgullo. Neones podredumbre grasa, barra fija?¿Champú gomina viernesnoche? Ellos y su romanticismo trasnochado.

-¿Acaso no se han dado cuenta de cómo Federico, el rojo, el homosexual, el egocéntrico, vale,... cantó como nadie, en su Oda al Santísimo Sacramento, el contraste entre la pureza admirada y anhelada de Cristo Sacramentado y la brutalidad violenta, banal, ciega y obscena del mundo circundante... precisamente porque lo dijo con otras palabras, otras imágenes?

-¿Y cómo les digo que poner en verso las cunetas, los arrabales, las plazas de barrio, los polígonos industriales... es una forma de buscar decir el mundo en su totalidad, buscar los túneles internos -porque existen y alguien tiene que encontrarlos, si el mundo, de verdad, es una unidad de destino- que han de unir el cielo con la tierra...?

Cuando llegó por fin al piso, Pablo ya había exorcizado en parte su cabreo. Quizá porque en los pensamientos del camino lo había ido comprendiendo. Quizá porque sus ganas de ser poeta eran más fuertes.

 

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19
Nov
2007
Última canción
5 comentarios

Y el ultimo video con una canción que quiero proponer es Resurrección, de Amaral. Canta este duo la resurrección que provoca en nosotros el amor. Pero ¿por qué no hacemos la prueba de escucharla, e incluso utilizarla pastoralmente, con un sentido religioso, vocacional? ¿Acaso no se entiende la Resurrección cristiana sino como, precisamente, el acontecimiento por el que el amor, el Amor de Dios, derrota a la muerte? Los muñequitos del video me parecen muy simpáticos y todo tiene un aire de inocencia, de claridad, de optimismo muy acorde con nuestra fe. Aparecen campos, amapolas, cielos, horizontes, nubes, espigas, mariposas, cruces y flechas en el suelo... El cristianismo hizo importante una idea tan marginal y minoritariamente aceptada como la de Resurrección. Y ahora, quizá desamortizada a su contexto, se nos presenta viva en videoclips, i-pods, conciertos...: No se lo impidáis, diría el Señor. Que lo que es bueno es siempre bueno y conviene que esté vivo y cantado y recordado y anhelado...

 

Y como en el reto de elegir unas canciones se trataba de invitar y dar paso a otros blogs, me gustaría invitaros a los blogs de Francisco Cenamor, poeta amigo. De Antonio Colinas, maestro. De Sor Lola, de Sixto y de Martín Gelabert, compañeros de portal, para que, al menos, nos den el título de sus canciones significativas desde la fe, la vida, la poesía., la experiencia, el recuerdo, la esperanza... Lo que ellos quieran.

 

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13
Nov
2007
Más canciones para ver
1 comentarios

Continuando con el reto de elegir unas canciones que nos hablen de nosotros mismos, de nuestro tiempo y sus buscas, aun cuando sean éstas inconscientes, propongo dos nuevos temas.

I´ve seen it all, de Björk: la banda sonora de mi película favorita entre las de Lars von Trier: Bailar en la oscuridad. Rompiendo las propias normas de su propio Manifiesto Dogma, von Trier utilizó decenas de cámaras simultáneas para rodar, precisamente, esta escena. El tema de la canción es: he visto todas las cosas del mundo –la protagonista que la canta es ciega- porque amo. No necesito más.

En el seminario sobre Fe en Jesucristo y cine contemporáneo que alguna vez he propuesto en la Facultad de Teología he intentado que los alumnos descubran la estructura sacrificial y salvífica que sostiene esta obra maestra... La protagonista sacrifica cada uno de sus días por dar a su hijo la operación quirúrgica que necesita.

La película reinventa el musical. Sendas Palmas de oro a la mejor película y actriz en el festival de Cannes... aunque eso es lo de menos. Después de verla, hay que pensar la bondad en unos términos tan inquietantes como nuevos.

 

 

Thank You, de Alanis Morissette. La he elgido en este video de un directo, para ver este canto de acción de gracias coreado por una multitud de jóvenes... gracias silencio, gracias providencia, gracias fragilidad, gracias desilusión, gracias consecuencia... No dice Dios; pero la cantante fue invitada a un concierto en el Vaticano -pueden encontrar el video-. Por algo será.

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8
Nov
2007
Canciones
3 comentarios

Me lanzan un reto y lo acepto. Se trata de elegir cinco canciones que signifiquen algo para mí. Y, como no sólo de pan vive el fraile (dijo el retador) estas son las que elijo. Y digo porqué.

 

Salvation, de The Cramberries: es una canción para decir que la salvación, lejos de lo que algunos puedan pensar, es más divertida que la perdición. Va dirigida a quienes andan en los perímetros de las drogas, jóvenes que empiezan a coquetear con ellas. Los Cranberries saben dejar un testimonio de raiz cristiana en sus letras sin caer en los tópicos ni en sentimentalismos.

 

 

 

Everybody´s Changing, de Keane: ando pensando mucho en ello. Everybody´s Changing... y yo no me siento el mismo, dice la letra. Y es curioso que, entre la música comercial, que estudiadamente busca no profundizar mucho en el argumento de sus temas para llegar así a un público más amplio, se hable del paso del tiempo, del humano cambio, del dolor, de sus marcas en la pupila... y miles de jóvenes se identifiquen con ello.

  

No sólo de gregoriano vive el fraile... es cierto. No puedo cargar más videos, así que en el próximo ponemos las otras canciones, ya que me ha costado tanto aprender a cargarlas.

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2
Nov
2007
"El día que me muera"
4 comentarios

¿Podemos celebrar el día de difuntos con un poema que no habla de Dios?

¿Creía Ángela Figuera en Dios?

Para un cristiano, morir es nacer de nuevo, Porque Jesús vive. No puede haber día de difuntos sin referencia a la resurrección. ¡Pero cuánto nos ayuda buscar "semillas" del Verbo, huellas de la resurrección, en la voz de quienes, guiados por la búsqueda de la belleza, amando intensamente la vida, se acercaron muy mucho a esa nuestra experiencia de Vida tras la vida!

 

EL DÍA QUE ME MUERA

 

El día que me muera

no quiero el llanto al uso ni las flores

cortadas al efecto ni los cirios

de lento gotear en los sufragios.

No quiero el luto inútil de las ropas

ni las miradas tristes ni el silencio

ni el ramo de laurel correspondiente.

No quiero que la vida se detenga

cual si algo extraño hubiera sucedido

y el mundo ya no fuera como antes.

 

El día que me muera,

quiero que todo viva y continúe:

que broten flores en los mismos sitios,

que corra el agua por la misma acequia,

que los amantes trencen sus abrazos,

que nazca un niño en el portal de enfrente,

que mi vecino vaya a la oficina,

que los obreros vayan a la fábrica,

que salgan a la mar los pescadores,

que las mujeres vuelvan de la compra

con un ramo de acelgas en los brazos;

que el labrador entierre su semilla

cuando amanezca el sol y el estudiante

cierre sus libros cuando el sol se ponga;

que se oigan las sirenas de los buques,

los golpes del martillo, los motores,

las voces de los niños en el patio,

los ruidos de la calle, los jilgueros.

 

Y quiero que, a la hora de costumbre,

los míos se reúnan a la mesa,

partan el pan y cambien la sonrisa.

 

Que mis amigos beban unos chatos

y escriban un poema por la noche.

 

 

Ángela Figuera

 

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23
Oct
2007
Madre del Rosario: Morada de Luz
3 comentarios

Celebrábamos hace poco la fiesta de la Virgen del Rosario culminando con una solemnísima procesión por las calles de Granada.  

 

Ya que en estos momentos el camarín de la Virgen, considerado una de las joyas del barroco andaluz, está siendo restaurado por la Junta de Andalucía dentro del programa Andalucía Barroca, la archicofradía del Rosario y los Padres dominicos hemos considerado que hay que conocer también lo inmaterial, el fin de esta increíble obra de arte, para lo cual hemos organizado tres conferencias.

 

Para entender este camarín quisiera hablaros de la importancia de la luz dentro de la devoción a la Virgen del Rosario de Granada. Dicen que estando la ciudad de Granada asediada por la peste, los granadinos hicieron unas rogativas y se manifestó una estrella en la frente de la imagen con los colores del arco iris, desapareciendo la epidemia pocos días después (el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz). Si nos adentramos más en la devoción a la Virgen del Rosario en Granada, tenemos dos elementos importantes que nos hablan de la luz: el vestido de plata cincelada (el fulgor de la plata) con que se vistió la imagen en 1626 y la concepción misma que guía la obra del camarín.

Imaginad, una imagen vestida completamente de plata: ¿de que puede rodearse? De luz. Por eso lo mas importante en el camarín de la Virgen no son las valiosas pinturas, la rica arquitectura, los jaspes, el oro, los mármoles... sino la luz, luz que entra no se sabe bien por donde, y que se multiplica, se amplifica, se refleja en la infinidad de espejos y azogues que configuran la estancia, sin dejar literalmente ni un hueco, creando un espacio representación del mundo aristotélico-tomista. El suelo –el mundo- es un cuadrado con un mosaico que representa las cosas mundanas: ¿qué cosa hay más representativa del mundo que las espadas, las armas, la guerra? Pero el mundo no se queda aquí, si elevamos la mirada, vemos reflejos de luz, reflejos que nos hablan de Dios: estrellas, soles, angelitos asomándose a las ventanas... En el camarín no aparece la imagen de Dios creador, solamente aparece la luz, envolviendo a la Imagen de la Virgen que, entre el cielo y la tierra, queda como morada de la luz de argénteo vestido resplandeciente por los rayos.

                                                                                      Alejandro Corral Labella

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9
Oct
2007
Arte, turismo y espectáculo
1 comentarios

Por motivos de trabajo tenemos la suerte de encontrarnos por dos meses en la ciudad de Florencia. Hemos aprovechado la ocasión para visitar los monumentos y las obras de arte que jalonan esta ciudad y que son parte de las más relevantes para comprender el desarrollo del Renacimiento. Tras el momentáneo embeleso al contemplar, por ejemplo la catedral con su majestuosa cúpula de Brunelleschi, nos invadió un sentimiento desagradable que volvimos a experimentar en otros puntos de la ciudad: la sensación de encontrarnos en una ciudad escaparate que se muestra ante una multitud informe de seres humanos que, ora se ordena ansiosamente en filas, ora se disuelve  imprevisiblemente ante un cuadro o una escultura. En este sentido, hemos sentido más estremecimiento espiritual en la Fundación Beyeler de Basilea o ante una obra de Mondrian en el Stedelijk Museum de Ámsterdam que ante una obra de Leonardo en los Uffizi.

Los griegos nos enseñaron que el contexto de la obra de arte es parte de ésta. Si consideramos la proliferación del turismo de masas (al cual todos tenemos derecho), la difícil sostenibildad de las grandes ciudades (en Florencia el automóvil es el rey e incluso circulan  automóviles y autobuses por una parte de la Catedral, que por cierto se encuentra tristemente ennegrecida por la contaminación) y el factor económico que sitúa la actividad turística como esencial para ciertos países y ciudades, nosotros nos preguntamos: ¿Qué nos queda del arte? ¿No se está impidiendo que podamos disfrutar de todas las dimensiones del arte, incluyendo la dimensión espiritual o religiosa? ¿No se está transformando el viajar en una simple conducta de consumo?  Ante esta situación ¿cómo es posible sentir el estremecimiento existencial o el impulso a orar ante una piedad de Miguel Ángel o ante una Anunciación de Filippo Lippi? ¿Estamos matando el Arte?

Afortunadamente todavía sobreviven en Florencia lugares donde es posible disfrutar de una mínima tranquilidad, entre otros la Basilica de San Miniato y el Convento de San Marcos donde se puede sentir el recogimiento de las celdas donde Fray Angélico pintó sus famosos frescos con el fin de ayudar al crecimiento espiritual de sus hermanos.

Ana Rodríguez y Javier Saavedra.

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3
Oct
2007
Morada de la luz
1 comentarios

La sección Uni-versos del ABC de las artes y las letras de esta semana adelanta un poema del que será el próximo libro de Antonio Colinas. Colinas es una de las voces más consolidadas, libres y profundas de la actual poesía española. El próximo poemario se llamará La ofrenda silenciosa y el tono del poema adelantado es un perfecto ejemplo de cómo en una poesía verdaderamente profunda confluyen la gracia divina y el arte humanos. Esa es, precisamente, la finalidad de este blog: abrir la perspectiva cristiana a los lugares en que es posible la convergencia con el arte y la cultura humanas; abrir el arte de los hombres a la perspectiva cristiana.

Les copio el poema: es largo, pero merece ser releído.

 

Morada de la luz

 

El hosco cielo va rodando arriba

y amenaza sobre los montes negros.

 

Al fin será esta casa mi morada

y hasta lo que es más duro en ella (el muro

de piedra tan rotundo),

dormirá sosegado en mi pupila.

En esta casa el tiempo es la ternura

y siempre callo hasta que sea el silencio

lo que discurra dentro de mis venas.

 

En mi morada no hay días ni noches.

Mi morada es mi día y es mi noche.

Cada mínima estancia es azotea.

Floto en su soledad, bebo en su sombra;

si asciendo a los desvanes de la luz

desciendo hasta un saber que ya no sabe.

La casa, en quietud, está girando

-planetario de amor-

en torno del remanso de los cuerpos.

En ella voy, sin ir, a cada sitio

y a sus goces regreso sin marcharme.

Todo cuanto busqué, aquí lo encuentro.

 

Esta morada es mundo sin el mundo.

En ella suena música que arrastra hasta el sin fin,

marea en la que voy

y vengo (¡mas tan quieto!)

recibiendo respuestas sin palabras

a preguntas que no mueven mis labios.

Y siento que tú estás aquí, aunque no estés,

y que yo estoy en ti, aunque no estoy.

Centro donde te veo al fin ¡tan cierta!;

centro donde, por fin, no estando tú,

en plenitud estás para salvarme.

 

Al fin el corazón ya ha retornado

a escucharse a sí mismo.

¡Qué dulzura este ir cerrándose a todo

para poder abrirse y comprenderlo todo:

nada hermosa que llega acariciando

mi piel para acallarme,

para acallarme aún más, y serenarme!

Morada del amor, con sus anillos

de silencio que silban, mas no ahogan,

porque la sangre de los nuestros ya

no está para dolernos.

(La sangre de los nuestros ahora es sólo

la luz de cobre que está ardiendo lenta

en torno de la copa del ciprés).

 

¡Morada en la marea de la vida,

marea en la morada de la luz!

Del libro "La ofrenda silenciosa".

A punto ser publicado

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28
Sep
2007
Cementerio
4 comentarios

El cementerio de Granada es uno de los más bellos que conozco. El que más, yo diría. Está construido sobre una colina paralela a la colina dela Alhambra.Todosobre él es azul. No hay nada más que azul sobre él y, enfrente, está Sierra Nevada, aún sin nieve, a cuyas faldas se extienden varios pueblos entreverados de bosque, de chumberas, de barrancos.

Las intervenciones arquitectónicas recientes no han podido ser más acertadas. El arquitecto ha introducido sobrios miradores de gigantescas láminas de hierro en formas de ventanas al sólo azul o a la sierra, de tal modo que, de repente, entre una hilera de nichos abigarrados de flores, de letras, de inscripciones, de nombres, imágenes de distintas advocaciones dela Virgen, angelotes, retratos... se abre un inesperado hueco hacia el espacio. Me sugiere la resurrección. Artísticamente me recuerda a los contrastes de Rothko.

 

Esta tarde hacía sol. El sol queda bajo y el atardecer es un violento incendio prolongado sobre los panteones. Me acompañaba mi amigo Ramón y en silencio hemos limpiado el panteón de los dominicos. Yo barría contra el viento y el viento volvía contra mí las flores secas, los hierbajos, el polvo...: era la viva imagen del pensamiento de la muerte. Siempre contra el rostro.

 

Pero el balance era tan hermoso, que al final el panteón ha quedado limpio, como el azul, y ha comenzado a atardecer y nos hemos asomado a un mirador y me sentía hermanado y hemos rezado silenciosos, para no romper la comunión, celebrando el triunfo de la belleza sobre lo que la tierra nos reserva.

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