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Sep2007Neobarroco
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Sep
Volví hace unos días de un congreso sobre el barroco, y una de las conferencias a las que no me pude quedar trataba sobre la época neobarroca en la que, supuestamente, vivimos. Como coincidí con el conferenciante en los ratos libres, me contó por encima de qué iba a hablar. Se trata del carácter abigarrado, saturado, efectista, sensitivo y sensual, provocador, emotivista, etc., de la época en la que vivimos. Mutatis mutandi, a eso se refiere el carácter neobarroco de nuestro tiempo.
Afecta a todo: al famoseo, a la vacuidad de muchas manifestaciones, al desfondamiento de algunas éticas, al maquillaje continuo y mutante de muchas ideologías,...
Especialmente afecta, al arte: entre tanta propuesta ¿cómo destacar? Ante la incapacidad de aportar una sugerencia de las que nacen de los estratos profundos del alma o del cuerpo, ¿por qué no insultar a los cristianos con imágenes obscenas de sus personas y símbolos sagrados? No he visto la exposición de Ibiza. Mejor no hacerle ni caso, porque eso es lo que busca: publicidad. Ni una palabra más, pues.