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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
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14
Jun
2010
Precio y cultura
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Algunas veces organizamos actividades a las que asiste poca gente. Es posible que nos sintamos defraudados, desalentados, e incluso nos lamentemos de nuestra escasa capacidad de convocatoria.

 

Sin embargo, algunas actividades realizadas con gran despliegue económico y publicitario no convocan tampoco a demasiadas personas. La semana pasada, por ejemplo, se presentaba en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno, quizá el más importante museo de arte contemporáneo en España, al margen del Reina Sofía) la obra Darío Jaramillo. Jaramillo es un conocido excelente poeta colombiano. Sin embargo la asistencia fue muy escasa: en torno a las 20 personas. Y eso que convocaban la editorial Pretextos, la fundación hispano-suiza ABANICO y el mismo IVAM. Había publicidad en diversas páginas de Facebook, así como invitaciones personales. Presentaban el acto la misma directora del Museo, el co-fundador de Pretextos; leía el poeta en cuestión… y nada: unas 20 personas.

 

Recuerdo otras ocasiones: una, en la Universidad de Salamanca, en la que se presentaban poetas hispanoamericanas importantes y en la que había más gente en la mesa de presentación que en el aula. La otra, en Granada, se trataba de una lectura del mismísimo José Emilio Pacheco -antes, claro, de ser Premio Cervantes- y en la que el grueso de asistentes correspondía a la prensa.

 

Me preguntaba yo el otro día: ¿cuánto habrá costado esto? El viaje de Jaramillo desde Colombia con parada en Ginebra, hoteles, el museo abierto ex profeso para el evento, incluidos los vigilantes, la publicidad… Todo para estas pocas personas.

 

En fin, la calidad no siempre tiene que ver con la cantidad. Pero esto nos enseña que nunca hay que desmoralizarse pensando en el share. Más bien hay que hacer las cosas bien, aunque sea para una sola persona: porque una sola persona ya es un mundo y vale infinito.

Recital de Poesía de Darío Jaramillo from Pre-Textos on Vimeo.

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9
Jun
2010
Ya ves...
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Hoy he almorzado con Vicente Gallego. Era mi despedida de Valencia por este año y esta forma de acabar era el postre. Entiendo que esto puede parecer una chorrada a quienes no estén familiarizados con el mundo literario. Pero quienes sepan lo que Gallego ha representado en las últimas dos décadas poéticas me comprenderán fácilmente.

 

La cuestión es que Vicente acaba de finalizar un libro en el que ha estado embarcado tres años. No es un libro de narración, no es ensayo, no es espiritualidad al uso, no son poemas. Es un libro inclasificable, por fortuna y para desorientación de aquellos que buscan clasificarlo todo en géneros, estilos o corrientes.

 

La cosa es que Vicente ha ido enviándome capítulos de esta obra y los hemos ido comentando. Ya finalizado, le ocupa más de 300 páginas a un espacio y bien apretado. Lo cual, llevado a la imprenta, hace que pueda tratarse de un libro de más de 500 páginas.

 

Cuento esto porque él me da permiso. Incluso no tiene inconveniente en que el libro corra por ahí en fotocopias: no le pertenece -dice- no siente celo alguno por sus derechos. Le ha sido regalado y así lo ofrece él.

 

La cuestión es que lo ha presentado ya a algunas editoriales de las más importantes en nuestro país. Alguna de ellas –muy conocida- le respondió que es una editorial atea y que, en principio, no tenía cabida en ella. Pero claro, las cosas como son: comentábamos que los editores son astutos –al menos en este caso deberían serlo-. Por eso, conocida como es la trayectoria de Vicente, deberían darse cuanta de que la promoción está servida: el chico malo, el poeta gogó de discoteca, el que ha cantado el cuerpo humano embutido en cuero negro o en seda erizada de placer…, el poeta que –esto era parte del personaje público- se ha fumado todo lo fumable…, que ha sido el más pagano y descreído; que, cuando le preguntaban sobre la inspiración poética, respondía sobre el coito…; que acudía a recoger sus premios enseñando cuerpo tatuado… Que ahora ese poeta se descuelgue con un libro místico y religioso, pero no al modo superficial y esotérico de moda, sino de una forma erudita, compleja, profundísima, admirable…, eso, eso mismo, garantiza ya la provocación y la consiguiente promoción del libro. Si yo fuera el editor, no dejaría escapar la ocasión. Incluso los que no le perdonan a Vicente el giro que ha ido dando en sus últimos poemarios buscarían el libro.

 

Hoy hemos hablado mucho: de la nada de Eckhart, de teología negativa, del fondo infundado que nos sustenta, de la mística sufí, de lo accesorio de todo en esta vida, del desprendimiento total… Sin embargo, después de despedirnos, de vuelta al convento, me he dado cuenta de que había perdido el móvil. Y he vuelto a la pedestre realidad. Me sentía perdido y angustiado. ¡Qué vergüenza!: estaba en las antípodas de todo lo que habíamos hablado. ¡Y sólo por perder un móvil! De nada valían mística, desprendimiento, esencialidad, sufismo, conciencia de la muerte…

 

Ya ves. Nuestra dura terrenal verdad, a la que nos enfrenta un simple móvil desaparecido.

 

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5
Jun
2010
Corpus escoltado
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No creo que al Señor de la paz le agrade demasiado ir escoltado por bayonetas y fusiles. Si hemos comprendido hasta el fondo su mensaje, si apreciamos su presencia viva en la Eucaristía, ésta no se puede disociar de las que fueron sus palabras tras la resurrección: paz a vosotros.

 

Es algo muy lucido, una tradición vistosa y hasta emocionante, sí. No es ser antipatriota –muchos de nuestra generación no sentimos ese rechazo a los símbolos nacionales ni los identificamos con signos fachas; al contrario, nos vestimos sin complejo la camiseta de la roja, vibramos cuando suena el himno de España en una celebración deportiva-. Más bien es tener claro que, por tradicional o vistoso que sea, el evangelio no debe ponerse bajo el amparo o la escolta de las fuerzas militares y de los símbolos políticos.

 

La procesión del Corpus no es un desfile. No puede tampoco ser instrumentalizada como arma electoralista a favor de un partido o en contra de otro. La iglesia debe ser libre porque anuncia en este mundo un Reino que no es ninguno de los reinos de este mundo. Es el reino de la paz y la justicia, el reino del amor y la libertad.

 

Ni tan siquiera se trata de plantear el asunto como una contraposición entre tradición y autenticidad, o entre ética y estética. La procesión del corpus debe expresar la que es su tradición propia: ser memoria y presencia del amor de Cristo vivo entre su pueblo. Y también su propia estética: la de la sencillez y la belleza de las cosas simples pero vitales, humildes y excepcionales, como el pan y el vino por medio del cual nuestro Señor se nos da.

 

Agradecidos a la labor del ejército en sus misiones y servicio democrático en las sociedades modernas… Orgulloso de ser español, ¿por qué no? Pero cada cosa en su sitio.

 

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31
May
2010
Connecting people
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Abro el suplemento El cultural y me llevo una alegría. Primero, porque está dedicado al centenario del nacimiento de Luis Rosales. Segundo, porque, con ocasión de esta celebración, se publica un artículo firmado por Antonio Sánchez Zamarreño, el máximo especialista en la obra de Rosales. Y resulta que Sánchez Zamarreño es un amigo mío. En la obra que coordiné, Cristianismo y poesía (Ed. San Esteban, Salamanca 2003), contribuía con el artículo El Dios de Luis Rosales.

 

Pero mi alegría va en aumento porque El Cultural, a continuación, invita a 7 poetas a que presenten sus versos preferidos de Luis Rosales. ¿Y qué poetas son los invitados? Pues hay dos también más que amigos míos. El primero, Vicente Gallego, elige el poema que comienza diciendo Me gusta recordar que he nacido en Granada… Vicente comentó hace unas semanas el libro que tengo acabado; y, entre los poemas de ese libro, hablamos de uno que termina así: el hombre que jamás dejó Granada, referencia al poema de Rosales que él ha elegido para el cultural.

 

El otro gran amigo que elige un poema es Juan Antonio González Iglesias. Debo reconocer que lo que en mi artículo Dios y los poetas del nuevo siglo decía de JAGI, a quien por entonces no conocía en persona y parte de cuya obra no había leído –la mejor ha aparecido después-, no es lo que opino hoy.

 

Demasiadas coincidencias en unas pocas páginas: Rosales, Zamarreño, Vicente, JAGI. Y la última de todas es esta: el poema que elige M. Victoria Atienza, Autobiografía, es uno que me duele siempre. Me duele tanto, que hay una plaza en Granada y en la plaza un azulejo y en el azulejo el poema y yo evito siempre esa plaza porque me emborrona los pasos. El poema en cuestión acaba así:

 

Así he vivido yo con una vaga prudencia

de caballo de cartón en el baño,

sabiendo que jamás me he equivocado en nada,

sino en las cosas que yo más quería.

 

JAGI me dice que, para ser fraile, soy poco providencialista. No le falta razón: demasiadas coincidencias hoy en este suplemento: la poesía, Rosales, tres amigos, los versos que más me duelen. La Providencia, como Nokia: connecting people.

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30
May
2010
Eurovisión
4 comentarios

 

Tiene 19 años, ha ganado el festival de Eurovisión y lleva un colgante –si no me equivoco- con una paloma que desciende en forma de cruz.

 

Ya, ya. No son cosas culturales serias. Eurovisión, tan rancio... Pues resulta que no: desde hace ya mucho, las cosas que los señores serios de la cultura pensaban que no lo eran sí que lo son y son parte fundamental del arte y la literatura contemporáneos.

 

Ejemplos: la pintura y la escultura del s. XX no se entenderían sin la influencia del arte africano. La revolución que Picasso supone está directamente influida por las máscaras, los tatuajes y las telas africanas. Igualmente, los nuevos ritmos, el carácter convulsivo, liberador, frenético de muchas tendencias musicales contemporáneas está completamente impregnado de los ritmos, instrumentos, bailes rituales e iniciáticos de la música tribal. Más ejemplos: el flamenco no es un género pintoresco para turistas. Las melodías populares son fundamentales en numerosas composiciones musicales desde el s. XIX. Las letras populares de los gitanos, los esclavos norteamericanos… marcan a F. G. Lorca y toda la tradición posterior.

 

Más ejemplos: la poesía, desde hace bastante, incluye letras de canciones disco, lemas de anuncios publicitarios, símbolos de marcas de ropa o de perfumes… Algunos de los poemas más memorables de las últimas décadas se escribieron, en su primera versión, sobre la caja de pizza o el mapa del metro que los inspiraron. Grandes poetas escriben rap.

 

A los sesudos y cultos –no sin cierta dosis de pedantería- estas manifestaciones, como mucho, les parecen simpáticas. Nada más.

 

Y, sin embargo, no: la línea que distingue vida ordinaria y alta cultura hace mucho que desapareció. Arte y mundo se funden porque el mundo es arte.

 

La chica que ha ganado Eurovisión lo ha hecho porque la naturalidad y la sencillez son hoy un vehículo esencial a la cultura. Se decía de ella que no llegaría muy lejos porque es como si acabara de salir de clase, dejara la carpeta en el suelo y se pusiera a cantar. Pues eso: ¿acaso es poco, especialmente en un festival tantas veces marcado por propuestas prefabricadas, efectistas, barrocas, sentimentaloides? Cuando Lena -que lleva sin complejo un cordoncito con esa paloma en forma de cruz- terminaba de cantar, se reía como si estuviera en el karaoke. Pues eso: lo más parecido a tantas chicas que cantan en la disco los findes después de la facu. Y no tienen complejos para mostrar a todos la paloma del Espíritu en forma de cruz.

 

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26
May
2010
Una pequeña victoria
1 comentarios

 

Lo importante es que ha sido liberado: tras más de una semana en huelga de hambre, el director Jafar Panahi fue puesto en libertad ayer bajo fianza de unos 200.000 dólares.

Dimos cuenta en este blog de que Panahi fue detenido junto con su mujer e hija. Su familia fue puesta en libertad posteriormente, pero su encarcelación le impidió formar parte del jurado en Cannes.

 

Parece que su huelga de hambre y las denuncias contra su detención en el más importante de los festivales de cine han servido de algo. Con todo, pese a su liberación, la oficina del fiscal de Teherán dijo que el caso y las acusaciones en su contra serían remitidos al tribunal revolucionario de la capital, sugiriendo que aún podría ser juzgado (pese a que se desconoce de qué se le acusa).

 

Como dijo Juliette Binoche durante su discurso tras recibir el premio a la mejor actriz en Cannes, su delito es ser artista, ser independiente.

Mi grupo de facebook para pedir su libertad ha reunido a ¡60 personas! Un fracaso estrepitoso. ¿O 60 victorias? Qué más da: ¡ya está en libertad!


Ojalá sirva para conocer el cine de Panahi, cuyas películas tratan los asuntos sociales que afrontan las mujeres en el estado islámico.

 

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25
May
2010
Living on my own
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El autobús hizo su parada en Alicante en el trayecto Granada-Valencia. Son las tantas de la noche y hay ya cansancio. Salgo a estirar las piernas mientras bajan unos pasajeros y suben otros. Entra al autobús una chica de aspecto, digamos, nórdico. Pero a los muy poco minutos vuelve a bajar y le dice a la expendedora de billetes, que estaba a las puertas del autobús para darle al conductor la lista de los viajeros incorporados, que quiere ir a Barcelona. Mira, -dice la expendedora- me tienes ya harta; te he cambiado el billete dos veces, no tienes ni idea de a dónde quieres ir. Lo siento. No te lo cambio más. Si ahora quieres seguir a Barcelona, en Benidorm te lo sacas.

 

Sin decir nada, con lágrimas en los ojos, la nórdica vuelve a entrar en el autobús. Y continuamos destino Benidorm. Pobre -pienso- seguro, mal de amores. ¿Le podré ayudar en algo a esta chica que va llorando? Pero la timidez me vence. Cuando llegamos a Benidorm, la chica de mal de amores se baja como una exhalación. Yo me apeo también  a echar un cigarro en la parada. Ella se aleja. Habla por el móvil. Vuelve a la puerta del autobús. Ahora o nunca -pienso- que para eso es Pentecostés… Así es que le digo: ¿Puedo ayudarte en algo? Me responde en un inglés muy rápido que dónde hay un taxi. Le indico por dónde. A continuación me dice que si conduzco. Vengo en tu mismo autobús. -¿Eres el conductor del autobús? –No, claro que no. -¿Me puedes llevar al centro de Benidorm? –Pues claro que no puedo. –Pero ¿tú sabes quien soy? –Perdona, ¿que has dicho? -Te estoy hablando en inglés. –Ya, ya, pero no sé si te he entendido. –Que si sabes quien soy. –(No estaba seguro, pero sí la había entendido: que si sé quien es ella). No, no sé quien eres.  Ella resopla y dice:qué estúpido cigarrillo!

 

Definitivamente loca por estas carreteras sin saber dónde va. Y vuelvo a mi asiento y me cojo el iPod que me ha prestado José Ramón y me pongo a Freddy Mercury con su Living on my own, perfecto para momentos como este: sublime y ridículo.

 

 

 

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19
May
2010
Libertad y cine
2 comentarios

 

 

Qué poco éxito, Dios mío. He creado un grupo en facebook pidiendo la libertad de Jafar Panahi y sólo se han unido 6 personas: gracias a los 6.

 

¿Y quién es Panahi? Pues es un director de cine iraní. Autor de películas como El espejo, El círculo, u Offside. Este año iba a ser parte del jurado del festival de cine de Cannes, pero se le prohibió salir del país y fue encarcelado. ¿Su delito? Apoyar a la oposición en las pasadas elecciones iraníes, poner flores en homenaje a la joven víctima de las revueltas en Irán, filmar –según las autoridades locales- una cinta subversiva. En fin: supongo que no resignarse a volverse loco, como medio loca se volvía la protagonista de su cinta El círculo.

 

Los cineastas de la llamada escuela de Teherán antes se las ingeniaban para denunciar la situación de su país sin que las autoridades lo notaran. Así, por ejemplo, a Abbas Kiarostami le bastaba montar la cámara en el asiento trasero de un coche y absorber la realidad de las calles para que, arrojada la imagen en occidente, nos diéramos cuanta de lo que allí pasaba.

 

Pero de todo se harta uno. Y -es cosa de la edad, tarde o temprano debería sucedernos a todos- un día te levantas de la cama y te das cuenta de que te vas a morir ya más pronto que tarde, que estás más cerca del fin que los estabas antes y que no merece la pena vivir con miedo los días que te quedan, ni con la lengua doblada ni con la espina dorsal tronchada ni con las rodillas sangrando en el asfalto ni con los ojos mirando a otro lado menos hacia donde importa. Y dices lo que ves y claro… pasa lo que pasa. Y pasa.

 

Si yo fuera el rostro de la ternura terrible, como Juliette Binoche, si grabara un video con una bolsa de plástico en la cabeza y lo colgara en mi página… a lo mejor alguien más se habría unido al grupo del facebook. Pero no. Sólo soy alguien que pierde el tiempo viendo alguna peli iraní y para colmo le encantan. Y que no sabe estarse quietecito.

 

 

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15
May
2010
Es más fácil morir que vivir
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Decía un tío mío: ahora que tenemos la tele en color, hacen las películas en blanco y negro. Pues razón no le faltaba. Ciudad de vida y muerte es una película en blanco y negro.

 

Hay varias razones para ello. Diremos una. Cuando repasamos las fotografías de las masacres del pasado siglo en nuestros libros de texto o en los documentales sobre las guerras mundiales, los campos de concentración, los exterminios sistemáticos, etc… las imágenes están en blanco y negro. El color de la historia del siglo XX ha sido el blanco y negro. Y esta película tiene la voluntad de ser un documento más para la memoria histórica y política. Que en tu recuerdo se sitúe junto a aquellas fotos y documentales del siglo pasado entre las que quiere incrustarse.

 

La crueldad filmada en Ciudad de vida y muerte abarca todas las dimensiones del ser humano: crueldad física, psicológica, sexual, política… Hasta el punto de que la idea vertebradora del relato no puede ser más que esta: es más fácil morir que vivir, frase que, pronunciada no por una víctima del bando perdedor, el chino, sino por uno de los oficiales japoneses responsable de esa masacre inimaginable, es más dura todavía. ¿Cómo seguir viviendo después de haber visto lo que ha visto, de haber hecho lo que ha hecho, de haber consentido lo que ha consentido?

 

Pero claro, hay que saber contarlo. Porque si no, se puede incurrir en la gratuidad de la violencia, en la sensiblería, en el dualismo, en el chantaje afectivo, en la ridícula grandilocuencia, en el panfletismo. En definitiva: en dejar al descubierto, como a veces ocurre en otras películas, novelas, discursos y sermones, que la brutalidad de lo contado al narrador le importa un bledo, pues sólo se vale de ello para buscar en el espectador su aplauso, sus lágrimas, sus instintos: a sí mismo, en definitiva. (El arte no es cosa de sentimientos -me afirmo en ello, aunque choque-). El director Lu Chuan sale airoso de estos riesgos en esta cinta, justa merecedora de la Concha de oro de San Sebastián, que hay que ver más vale tarde que nunca.

 

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12
May
2010
A lo mejor...
2 comentarios

 

A lo mejor, a sus 68 años, la mujer pensó que ya era hora de tener un poquito de paz. A lo mejor pensó que con la poquita paga que le había quedado se apañaba ella sola. A lo mejor es que se había sentido con valor para decir lo que toda la vida había callado. A lo mejor de pronto se dio cuenta de que no iba a pasar por la vida otra vez y que tan sólo le quedaban pocos años para intentar ser feliz. A lo mejor… tantas cosas que ya no serán. Pero cuando fue a decirle que quería separarse, el muy cobarde agarró una tabla y se la partió en la cabeza. Mientras se desangraba en el suelo, el tío, ahora temblando, decía: ya no hay remedio, esto no se mueve… ¡Esto…! Y para todo lo demás ya era demasiado tarde.

 

Bueno. Es el último caso de violencia doméstica.

 

Este rap saeta en homenaje a… No sé su nombre. Da igual: son tantos nombres.

 

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