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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor


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14
Abr
2008
Del idealismo al consumismo
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La publicidad es una expresión artística característica de nuestro tiempo. Su arte consiste en incitar, de la manera más original y efectiva, hacia un determinado comportamiento o una determinada acción.

 

Revista FPLes comento un anuncio que, con sentido de la ironía, nos ilustra un asunto importante para los cristianos. La revista FP anunciaba, con la imagen que les pongo aquí, su último número, dedicado al mayo del 68. Los artículos de esta edición analizan qué queda de aquellos ideales y cómo el consumismo ha ido ganando para su causa a no pocos de los que en su juventud militaron en los diferentes frentes en que se combatía en nombre de la libertad. Yo no lo viví, faltaban unos años para nacer, pero muchas veces he conversado con los hermanos sobre cómo el escenario que a mi generación y las generaciones más jóvenes que la mía nos toca vivir es diferente al que vivieron nuestros padres o los frailes que nos preceden en una cierta edad.

 

Si el Evangelio ha de tener en cuenta el contexto en que se predica, creo que, desde el punto de vista religioso, en el contexto español, europeo, occidental, democrático, liberalizado, consumista... (otros contextos son otra cosa) la misión del cristianismo no será primeramente la de comenzar por romper supuestas opresiones familiares, políticas, sociales, de clase o falta de libertad de pensamiento, opción política, religiosa o moral,... cuanto la de liberar a la persona de la esclavitud de vivir sin Dios o de espaldas a él, que es, si queremos ir al fondo de las cosas, la fuente principal de la infelicidad humana desde la antropología cristiana y su primado de la persona. Pues son las personas las que hacen las estructuras y las estructuras sólo pueden cambiarse desde el cambio en las personas. Sólo después de esto, que supone conversión poco a poco del corazón, podrán cambiarse realmente el mundo y las ideas.

 

El escenario de la predicación ha cambiado, para bien o para mal. Basta añadir una lista de precios a una fotografía para ilustrar en qué sentido cambian los tiempos: del idealismo al consumismo. Pero ilustrado con gracia.

 

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2
Abr
2008
Picasso en el Reina Sofía
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“Gritos de niños gritos de mujeres gritos de pájaros gritos de flores gritos de maderos y de piedras gritos de ladrillos gritos de muebles gritos de camas de sillas de cortinas de cacharros de gatos de papeles gritos de olores que se arañan gritos de humo...”
Pablo Picasso
 
            A veces, lo de menos es que nos guste mucho o poco un artista. Es probable que Picasso no sea del agrado de todos, que incluso haya personas que queden con muy mal sabor de boca después de ver una obra suya. Ello es comprensible y hasta es lo normal, porque la belleza es difícil, como decía Platón, y además tiene caminos extraños.
 
            El arte no siempre tiene que buscar crear belleza.
 
            Tampoco resulta interesante la fealdad por la mera finalidad de provocar, llamar la atención o hacerse pasar por genio. Pero parece que el arte antes surge de la necesidad de comunicar, especialmente aquello que es más difícil de comunicar -entre ello lo espiritual, lo religioso- que de la intención de recrear la mirada. En este sentido, hay artistas que son capaces de abarcar la amplia gama que va desde la belleza por la belleza a la expresión de lo más horrible con la intención de conmover, provocar la reflexión, provocar la reacción, suscitar inquietud, molestar, denunciar, despertar ámbitos dormidos de la conciencia, enriquecer los recursos expresivos y comunicativos... etc.
 
            La exposición que de Picasso encontramos hasta el 5 de Mayo en el Museo Reina Sofía es, en este sentido, única. Se trata de los fondos del Museo Picasso de París junto con la colección que el mismo Reina Sofía tiene del artista malagueño. Una ocasión irrepetible. La recomiendo encarecidamente, porque es la crónica de un siglo y porque después de Picasso la pintura ya no será la misma. Lejos de la pedantería, reconozco que por primera vez he podido comprender realmente el cubismo. Además, tras hacer el esfuerzo de verla entera y seguir las explicaciones, te das cuenta enseguida de que Picasso toca los diversos estilos que encontraremos en el arte de su época y abre bastantes nuevos territorios que aún hoy son explorados.
 
 
 
 
 
 
 
            Quizá la personalidad de Picasso no sea ejemplar. Si nos ponemos así, tampoco lo era la de Lope de Vega, Quevedo, Miguel Ángel, Tiziano... Muchos teólogos son importantes por abrir a la razón puertas hacia Dios. En qué medida ellos se acercaron a Dios por esos mismos caminos, es algo de lo que cada uno personalmente deberá dar cuentas a Dios. Como debe dar cuanta cada cristiano, cada predicador, cada teólogo... Cada artista.

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12
Mar
2008
Sacra neteja
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            Sin afán de polémica, pero sabiendo que dará que hablar, las Escuelas Pías de Gandía han encargado al Pintor gandiense Joan Costa la obra Sacra Neteja (Sacra limpieza. El día siguiente). Los escolapios dejaron al artista libertad para desarrollar su obra y han recibido con agrado la entrega de esta pintura que refleja el trabajo de las mujeres en el escenario en que Leonardo da Vinci situó su famosa última cena.

 

            Santas, reinas, monjas y nobles damas atestan el repertorio iconográfico de la Historia de la Pintura, explica el pintor, que ha querido representar un acontecimiento histórico nunca tenido en cuenta, inadvertido y ninguneado.

 

            El padre escolapio Enric Ferrer asegura que la acogida ha sido muy buena y que el arte tiene que ayudar a reflexionar y que estamos en el siglo XXI y hay que interpelar en esta época. La polémica está en el ojo del espectador, y es el espectador el que pone un añadido, un positivo o un negativo. La Iglesia somos todos y, en esa complejidad de la Iglesia, caben todos -concluye el religioso.

 

            ¿Será así realmente? Debemos ser capaces de dialogar e intercambiar opiniones en la garantía de la comunión eclesial, y nada mejor que una obra de arte para dejarse interpelar y así ir creciendo hacia la verdad, que, aunque ya la tenemos dicha y completa en la revelación de Jesucristo, es una verdad que ha de alcanzar a todas las instancias de nuestra vida y a todos los interrogantes de cada momento histórico.

 

            El cuadro es sincero y tiene las mejores intenciones. Desde el punto de vista artístico, dialoga y homenajea a los grandes de la historia del arte: unas mujeres cuelgan tapices en un guiño a Las hilanderas de Velázquez. Por una puerta a la derecha se deja ver un huerto lleno de luz mediterránea y de sombras amoratadas que recuerda a Sorolla. Unos cacharros colocados limpia y mansamente son una referencia moderna al Zurbarán más ascético. Otra de las mujeres que seca platos ensimismada nos recuerda a Gala en los retratos de Dalí.

 

            El autor espera que el cuadro vaya cobrando distintas lecturas con el paso del tiempo y permanezca así como una obra viva. No matemos nosotros la alegría de opinar en la libertad de sabernos hijos de una Iglesia madre de todos los que tienen fe.

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6
Mar
2008
Conciencia en llamas
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            Este domingo era el último día de la exposición dela V Edición del Premio Club de Arte Paul Ricard, en el Centre del Carme del Museu de Belles Arts de Valencia. Le había prometido a un conocido que iba a ir a ver su obra para comentarla con él.

            La muestra reúne 16 pinturas elegidas de un total de 150 provenientes de toda España. La obra ganadora es Conciencia en Llamas, de la artista valenciana Mery Sales. No es el cuadro que más me gustara, en principio. Pero en una segunda vuelta esta pintura me empezó a inspirar.

            El cuadro representa algo así como un bosque de árboles incendiados. Todo está pintado en rojo. No hay otro color que el rojo en todo el cuadro. De una manera muy suelta, los supuestos árboles arden. Junto a ellos, pegada a ellos, casi conteniendo el empuje de la masa arbórea, hay una valla que los rodea. Por el tratamiento de la pintura vemos claramente que esa valla es tan de madera como lo son los árboles: la valla de contención está a punto de echar a arder furiosamente con el bosque que contiene. Conciencia en llamas.

            A veces la conciencia entra en llamas y es devorada por aquello que contenía. Y el fuego ya no tiene control y va a arrasarlo todo. Nos va a calcinar por completo.

            La razón de ello es que la conciencia que contenía el incendio está hecha de la misma materia que el bosque incendiado. Va a arder con él porque ha nacido de él. Como en nosotros tantas cosas arden con nosotros cuando algo de nosotros arde porque están hechas de nosotros mismos.

            No quiero pensar más en ese cuadro. Llegó un punto en que comenzó a turbarme, como si yo mismo fuera a explotar en llamas de repente. ¿De qué será metáfora este cuadro? ¿Qué otra lectura diferente encierra y no puedo encontrar?

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25
Feb
2008
4 meses. 3 semanas. 2 días
1 comentarios

 

 

          En la escena más dura se oye cómo el feto envuelto en una toalla resbala por el conducto de la basura. Después hay un silencio.

 

            Música no hay nunca.

 

            No sabes en ningún momento si la película está a favor o en contra del aborto. La vida cotidiana puede ser terrible y lo sórdido puede dejar de serlo para convertirse en habitual. De alguna manera, todos son víctimas y todos son verdugos.

 

            La luz es siempre deficiente y la cámara al hombro hace temblar las escenas con un pulso orgánico, corporal; con un pulso humano. Pero de pronto hay una escena en la que la cámara no se mueve durante muchos minutos. Es que a veces hay que moverse para entender lo que está pasando y otras veces hay que pararse a contemplar el mundo sin pestañear. En eso la película es grande, porque el cine no es otra cosa que aprender a mirar.

 

            4 meses

            3 semanas

            2 días no es una película que te emocione. Simplemente es tan lista que se instala en tu realidad y no se marcha de ti durante mucho tiempo. Y, si encima tienes fe, te dan ganas de rezar por los personajes, como si los personajes existieran.Claro que ¿qué es existir?

  

 

 

Y en la última escena asistes a una conversación en primerísimo plano. Aunque de pronto, no: unas luces de faros de coches se reflejan en la pantalla y la cámara retrocede y te das cuenta de que no, que tú no estás en la conversación, que no la entiendes, que hay un cristal por medio en el que la calle y el trasiego se reflejan. Y la película te acaba mirando a ti que estás fuera.

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19
Feb
2008
HArte
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-Llora un poco más, y completamos la colección de este otoño.

El agente de arte había encontrado la fórmula perfecta para relacionar el arte religioso con el arte contemporáneo. La colección de este año se llamaría “Santo Llanto” y constaba de una serie de preciosos pañuelos marcados y bordados en el histórico convento en el que la joven artista había ingresado para discernir de una vez por todas su verdadera vocación.

 

Cada uno de los pañuelos, de lino o algodón cien por cien naturales, estaría impregnado con un llanto distinto de la artista. La razón del llanto daría título a cada una de las piezas: “Incertidumbre nº. 1”, “Emoción”, “Llanto místico (Serie extraordinaria)”, “Compasión nº. 5”, “Ruptura 2ª”, “Éxtasis 3”, y así sucesivamente.

 

-De esta forma confluirán, en unos sencillos trozos de tela, la tradición y la modernidad, la idea y su realidad, la reflexión y la acción, la performance y el minimalismo, la fe y la cultura, la intimidad y el espectáculo... ¿No te parece fabuloso? Ya me veo leyendo las críticas: “La niña terrible se hace mística”, “Nuevo arte religioso”, “El convento entra en ARCO”.

-Ya, pero dime cómo se llora de fe o de amor.

-Verás, talento, tampoco es necesario que te vuelvas loca.

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13
Feb
2008
Matisse
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En las pasadas Jornadas de Mariología enla Basílicade Candelaria, donde está la patrona de todos los canarios,la Virgende Candelaria, dedicamos la última de las conferencias, titulada La belleza de María, a hacer un recorrido por la figura de María enla historiadel arte. Preparándolas me encontré con el repertorio diseñado por Matisse (1869-1954) para la Capilla del Rosario de las dominicas de Vence, en Provenza (1947-1951). Algún historiador del arte cristiano señalaba que sigue siendo una de las muestras más originales e inspiradamente cristiana del arte religioso hasta hoy. Según él, esta obra maestra se ha convertido en un punto de referencia de la intimidad religiosa que, en su sencillez elemental, casi de renuncia, responde a una exigencia que hoy se siente de manera particular: Quiero –escribía de su arte Matisse en 1908- un arte de equilibrio, de pureza, que no inquiete ni turbe: quiero que el hombre cansado, encadenado, extenuado, saboree delante de mis pinturas la calma y el reposo.

 

Parece que lo logró en esta obra que abarca todo un programa de azulejos, vidrieras, frescos, puertas... Hay en los trazos sencillez, pero no simplismo. Es una sencillez que brota de la meditación y la inspiración. El trazo se acerca al que un niño pudiera hacer. Pero ya sabemos, como decía Miró, lo difícil que es llegar a pintar como un niño. De los mínimos recursos extrae grandes sugerencias y consigue abrir esa parte pura de la conciencia y del alma que la vida poco a poco nos va cerrando o manchando.

 

 

 

¿Quién se atrevería hoy a encargar a un nuevo Matisse una obra sacra?

 

O, del otro lado, ¿cuántos artistas, sea cual sea su fe o su moral, se atreverían a ambarcarse en una obra religiosa sin prejuicios, desde la espiritualidad, la búsqueda sincera, la disponibilidad y docilidad para con la inspiración divina?

 

Nuestro arte cristiano de hoy está tan depauperado que, o bien recurrimos a imágenes de otras épocas y estilos, o bien nos limitamos a salir del paso con una estética miedosa y epigonal. Que estas imágenes nos inspiren.

 

 

 

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6
Feb
2008
Guionistas
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La huelga de guionistas de Hollywood ya dura meses. Parece que la principal reivindicación de éstos es la de una mayor participación en los beneficios que genera una película. No conozco exactamente las cifras del negocio, pero me informan de que la industria cinematográfica es, tras el negocio de las armas, la segunda industria –hay que considerar los asuntos económicos indirectamente ligados a ella- de Estados Unidos. Y sobre todo: el cine y la producción de series es el principal escaparate de la mayor potencia política y económica de la tierra. Eso de la alfombra roja que vemos como algo secundario y trivial es, en el fondo, muy importante para la economía, la imagen y la capacidad de infiltración de una cultura en el resto del planeta. Esta cultura y este arte tienen un papel fundamental dentro del sistema.

 

Y, por lo que al arte se refiere, a mí me parece bien la huelga. Ya está bien que sean las grandes productoras, las estrellas y los grandes directores los privilegiados del séptimo arte. Sin guión no hay película ni hay nada. El escritor inventa la trama, construye los personajes y sus personalidades. Su sicología, su evolución. El vestido de sus palabras y el fondo de sus intenciones. El guión es el cimiento y la estructura de una película. Con un guión bueno, muy malo debe ser el director para que la película resulte definitivamente mala.

 

En el fondo, la reivindicación de un guionista pone sobre la mesa la cuestión acerca de las fuentes del arte y de la creatividad. ¿Quién piensa las cosas? ¿Quien vive experiencias que se acaban convirtiendo en historias? ¿Quién saca de su vida, su alma o su imaginación las realidades irreales? Donde está el cimiento de las cosas cuando esta cultura se queda en la idolatrización de las mediaciones mediáticas. Es un síntoma de nuestro tiempo: ¿Quíen piensa en el Creador más allá de la idolatrización de las cosas creadas? Sin literatura, difícilmente sería el cine. Sin Dios no hay mundo, ni cuerpo, ni lenguaje, ni seres humanos, ni belleza del arte o la naturaleza.

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25
Ene
2008
Expiación (y II)
1 comentarios

No sé en qué ocasión leí o escuché de Benedicto XVI que es muy importante para un joven desear y procurar realizar algo grande, importante, en su juventud. Nada mejor contra vacíos y sin-derivas que mantener el esfuerzo por dejar algo apreciable, aportar a este mundo algo digno, una huella, incluso corriendo el peligro -¿quién puede ser joven si no?- de incurrir en la vanidad.

 

Yo quería haber realizado, escrito,  una verdadera obra de arte antes de cumplir los 35. Y voy, jeje, camino de no conseguirlo. Por lo que, en esta vida dominicana que he tomado, tendré que consolarme con incluir ese deseo incumplido como una más de las renuncias de mi voto de pobreza. (El que no se consuela es porque no quiere).

 

Y lo cuento en este blog de cultura y fe –no es un blog de discusión de problemas sociales ni eclesiales...- porque me alegra y me sorprende ver que son artistas irritantemente jóvenes los que han realizado algunas de las películas más maduras y profundas que he visto últimamente. El director y adaptador de la densa y compleja novela Expiación, Joe Wright, tiene 35 años. Y más sorprendentemente aún, la que quedará como una de las mejores películas de la década, La vida de los otros, es la obra prima de Florian Henckel-Donnersmarck, y la realizó con 33 años. Claro, se trata de un tipo que desde su adolescencia ha devorado la obra de Thomas Mann, Stefan Zweig, Tolstoy, Dostoyevsky, y pierde el sueño porque no conoce más que un par de ensayos de Kleist. ¡Necesita las obras completas!

 

Las dos películas derrochan inteligencia y buena construcción. Consiguen ese milagro de, al final, con-fundir vida y arte. Muchas horas de lectura, esfuerzo, síntesis... En España, por ser este país de ricos nuevos que hemos llegado a ser, se nota que nos alimentamos de mala cultura –no generalizo- y nuestras creaciones son planas, tópicas, poco originales, ancladas en la trasnochada dialéctica progre versus carca y viceversa, subvencionadas... Véanse, si no, los pésimos resultados del cine español de este año.

 

Como expiación por tantas horas perdidas, por tantas lecturas a medias, por la falta de disciplina, por la falta de valor y riesgo, por no haber aportado una verdadera obra de arte ni a mi tiempo ni mí mismo ni a la Gloria de Dios, me dedicaré a escribir mediocres post. Y a recomendar, eso sí, las cosas buenas de los buenos de mi generación.

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18
Ene
2008
Expiación (I)
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Es un gran error ese que, movidos por cierto complejo y cierta culpa, hemos cometido en nuestro catolicismo con pretensiones de actualidad. Consiste en dejar fuera de nuestras categorías conceptos que no son sólo conceptos sino realidades contundentes de la vida. Por ejemplo: relegar al olvido palabras como sacrificio o expiación.

 

Y es un gran error porque el sacrificio y la expiación están presentes irremediablemente en la vida. Si nuestro cristianismo los margina o relega, se queda sin responder a algo que, de suyo, ya está marcando nuestra existencia. La expiación existe, nos demos o no cuenta de ella. Expiamos errores, expiamos decisiones, expiamos opciones, expiamos culpas, expiamos omisiones, expiamos maldades, expiamos cegueras. Las cosas se pagan. Aunque nadie nunca lo sepa, las podemos estar pagando durante toda nuestra vida. La fe lo que hace es inundarlas de sentido. Sin ser asumidas por la fe, se expían demasiado humana, desesperada y angustiosamente. La fe las transmuta en partos de redención, de renacimiento, de superación y de esperanza. Las santifica.

 

Pero por aquello de querer agradar, de actuar clientelistamente, omitimos nombrarlas y por lo tanto rebajamos la vida y su carga existencial inherente a un cristianismo light y sentimentaloide que al final acaba por no ser atractivo para quien busca respuestas rotundas y vive su condición humana a todo riesgo.

 

Tienen, claro, que venir algunos artistas o simplemente algún buscador de intensidad para retomarlas. Y entonces nos queremos incorporar a la actualidad de aquello que nosotros mismos habíamos defenestrado.

 

Se acaba de estrenar la película Expiación, la versión de la novela homónima de Ian MacEwan. Me parece conmovedora. Volveré a hablar de ella. Porque ahora sólo quería apuntar a ese pseudoprogresismo para con la fe que lo único que hace es depauperarla y, lo más triste, dejarnos sin redención experiencias que son y que se imponen como puños en la vida, con tal de que queramos reconocerlas.

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