11
Mar2009Gracias a todos
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Mar
Llegan a mi correo electrónico varios Power-points cargados de dolor. Algunos son de amigos, otros, de hermanos. Otros, de no se sabe dónde, como parte de esas largas cadenas que ayudan a romper cadenas. No sé cómo dar las gracias. Bueno, sí lo sé: con una abrupta convulsión os he hecho un poema que casi no está ni pulido. Da risa, pero es mi manera de dar las gracias. Gracias.
Las profundidades del mar escupen hombres
ya muertos o camino de la muerte
como mi corazón me escupe a mí.
No es asco lo que el mar siente en su fondo.
Es su única manera de salvar lo ya perdido.
No sé si un sentimiento similar
tiene mi corazón al vomitarme.
Lo único seguro es que sus muertes
no pueden compararse con la mía.
Yo muero de estar muerto, me muero de mí mismo.
Varones de dolores, magullados
de mar, hermanos míos
cargando con mi cruz.
Pesqueros de cadáveres –pesquero
ninguno a mí me lleve.
Más bien llorad por mí
junto a mi corazón que ya está lejos
de mí, libre de mí, posiblemente navegando
tan indocumentado que tan sólo,
tan sólo es corazón sobre la playa-.
...y tú, mientras, Antonio,
estúpido hijo mío,
hablándole a tu voz.
Valencia, 11-M de algún año