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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

14
Ene
2014

La emoción nuestra de cada día

4 comentarios


Cuando hablamos de la emoción, es probable que pensemos en reacciones, en alteraciones de la conducta ante determinados estímulos, o en movimientos del sentimiento que afectan a nuestro estado de ánimo y se expresan a través de gestos diferentes de la tónica general en que se manifiesta nuestra vida cotidiana.

 

 

Cuando hablamos de la emoción en el arte, es probable que pensemos en manifestaciones de alta intensidad ante estímulos sensibles, intelectuales o afectivos que por su expresividad o su belleza despiertan en nosotros respuestas especialmente perceptibles y a veces desconocidas por nosotros mismos hasta entonces.

 

Sin embargo las emociones forman parte del continuum de la vida. El arte, como espejo de la misma vida y como incitación a ella, también refleja esas emociones minúsculas y cotidianas que son, por su presencia constante, incluso más determinantes que los grandes momentos emotivos.

 

Bill Viola vive atento a ello a través de su arte. Sus trabajos en video exploran las emociones en toda su gama, desde aquellas que nos golpean de vez en cuando a aquellas que conviven con nosotros a cada instante.

 

Y lo hace exprimiendo los recursos mínimos del videoarte, es decir, sin llegar a convertirlo en cine, que es otra forma perfecta para profundizar en las emociones pero que difiere del formato del video en cuanto que éste se centra en la imagen estática, sin narración o cambio de planos, y con la menor atención prestada al suceder temporal.

 

El videoarte no es la fotografía ni es el cine. No es una imagen congelada ni una historia trascurriendo. Más bien es un instante dilatado, una situación concreta abriéndose en sí misma.

 

Bill Viola, valiéndose de este arte que nos abre a una nueva percepción de la realidad desde otro registro, entra en las emociones y las deja estar en nosotros. Especialmente esas emociones pequeñas y sutiles que lo empapan todo. Las ralentiza, las dilata y, con ello, nos saca fuera del vivir rápido y nos muestra cuánta riqueza se esconde en los pliegues de nuestra vida, cuánto puede ser albergado en un detalle.

 

Pero además, y esta es una de sus características más personales, Viola pone esas emociones nuestras de cada instante en relación con las emociones cruciales de la historia de la humanidad, de la espiritualidad y del arte. Muestra con ello la cohesión entre lo pequeño y lo enorme, lo sutil y lo desproporcionado, lo de todos los tiempos y lo de ahora, lo que el arte ha perpetuado y lo que aún es arte de vivir. Lo nuestro –un nosotros en que el yo no importa demasiado- y lo ajeno.

 


Celebro que Bill Viola vuelva a presentar su trabajo en España, ahora en la Real Academia de BBAA de San Fernando de Madrid. Contemplé una exposición suya hace años en Granada y es difícil de olvidar.


 

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Anónimo veneciano
19 de enero de 2014 a las 17:51

Uno es muy torpe. Fíjese que la palabra emoción le evoca el sistema límbico. O los tratados, plúmbeos, de aisthesis. La bañera de la que emerge el mozo le evoca un altar: una cruz en el centro resaltada por un fondo circular que remite, tal parece, a la Eucaristía. Pero ese sería una blasfemia, y no creo que el señor Praena esté por esa labor. También el "relato" tiene connotaciones con el embalsamiento del cuerpo de Cristo por las mujeres, tras su muerte. Poniendo unción en lo que podría interpretarse de otra forma que, pese a ser mal pensado, no voy a expresar.

¿Me he equivocado de locus theologicus al abrir este blog? Tendré que llamar al Zaidín, donde investiga un microbiólogo amigo y católico insigne, para que me explique qué entienden allí por respeto a las cosas santas.

AP
19 de enero de 2014 a las 22:26

Le doy la razón: es torpe. Porque ni el texto habla del video ni estam es cosa de "católicos ilustres".

Anónimo veneciano
21 de enero de 2014 a las 13:24

Hombre, señor Praena, sosiéguese. He esperado unos días por si había sido un pronto o una respuesta tosca ante una ironía manifiesta. Nadie mejor que usted para saber de qué está hablando, pero si uno ve un video de Viola ("Emergence) y usted cuenta las emociones que ese autor le provoca, alguna relación debe sospechar el lector, aunque sea ingenuo y torpe. Que su blog no trata sobre teología lo he comprobado al revisarlo. Andaba yo errado buscando alguna referencia a la trascendencia. Más había en el arte ensimismado del esteta Rubert de Ventós cuando enseñaba esa materia por los años sesenta en sustitución del ético-esteta José María Valverde. Preguntar no es ofender: ¿qué función cumple en su texto de hace unos días la moza rotunda con el sugerente canalillo?

C
23 de enero de 2014 a las 16:51

Estamos ante un blog personal, literario o artístico, que no pretende dar ninguna lección sobre teología. Si el P. Praena habla sobre una poeta y se da la coincidencia de que aparece mona y bien arreglada en la foto, ¿qué hay de malo en ello? Si revisa Ud. los archivos, verá que a cada post le suele acompañar una foto sobre el tema en cuestión. No volvamos a los tiempos de la Regenta ni seamos mal pensados...

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