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Dic2012Una caja de bombilla
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Dic
Como decíamos ayer, liberada la mirada, uno encuentra un nacimiento en que poner los ojos.
Decidido a hacer mis compras navideñas en las tiendecitas de mi barrio –esta Navidad sólo he comprado una bombilla- me dirigí a la de productos eléctricos. La dependienta del pequeño local, seguramente la propietaria, tenía un bebé en brazos mientras en el mostrador un niño de unos 8 años hacía los deberes.
-¡Hombre! estás haciendo los deberes aquí
-sí
-¿y de que son?
-de lengua.
-¿Te gusta la lengua?
-no. Me gusta leer.
-¿Y te enteras bien de lo que lees aquí en la tienda?
-sí, porque en mi casa no hay nadie ahora.
Y bueno, pues ya está. Eso es todo. Ah, me olvidaba: la mamá dependienta me sacó una amplia gama de bombillas de bajo consumo. –Esta es, esta es la que necesito. –Ya pero de 60 o de 100? –Pues creo que de 60 va bien. –Bueno, lo que hace es que no rompa la caja y si la luz le parece floja, la guarda de nuevo y me la trae y le doy una de 100, que cuesta lo mismo.
Y repongo mi bombilla fundida con una de 60. Y se encienden de pronto los deberes hechos en el pequeño negocio del pueblo, aquellos tubos fluorescentes de las tardes de invierno, la humildad de todo lo que se había apagado y perdido.
Ah: en la caja de la bombilla de 60 he escrito unos versos. Y ando por la casa buscando bombillas estropeadas. Aunque temo volver y que ya no esté la dependienta ni el bebé ni el niño de 8 años haciendo los deberes de lengua en el mostrador.
Me quedan, al menos, unos versos en una caja de bombilla y la certeza de que nada se perderá, que sólo hay que esperar y limpiar la mirada.
Feliz Noche Buena
Bon Nadal i feliç any nou
Gabon zoriontsuak eta ondo izan
Bon Nadal e ano novo