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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

17
Oct
2013

Yoyear

3 comentarios


Contemplado las ruinas de un monasterio abandonado, anota en su blog un amigo -él se declara no creyente- que los hombres que allí vivieron no se hicieron monjes para encontrarse consigo mismos -esa manía contemporánea- sino para encontrarse con Dios. Subrayo que él no cree en Dios.

 

 

Esa manía contemporánea, me recuerda otro blog, quizá no sea sólo contemporánea, pero hoy en día prolifera la necesidad de encontrarse con algo al fondo de nosotros, como hiciera San Agustín. Si no fuera porque el Santo de Hipona sólo se encontró con los más profundo de su corazón cuando se encontró con Alguien, distinto de él, más profundo que lo más profundo de sí mismo y, a la vez, más elevado y diferente que lo más lejano de sí mismo.

 

Y es que, dando un repaso, las ofertas de autoconocimiento y autosalvación por el camino corto, dan, por lo menos, que pensar.

 

Al menos a mí me lo ha dado el programa de un congreso en el que encontraremos mezcladas conferencias y talleres sobre coaching, psicología, psicoterapia, kabbalah, budismo, terapias alternativas, medicina tradicional, medicina china, curación espiritual, taichí, feng shui, yoga, aromaterapia, arteterapia, constelaciones familiares, liberación emocional, musicoterapia, reiki, chakras, flores de Bach, meditación, naturopatía, osteopatía, quiromasaje, astrología, quiromancia, tarot evolutivo, tarot adivinación, tarot terapéutico, aura, mentalismo, hipnosis  regresiva, metafísica, ángeles, ambientación ecosana, programación neurolingüística, ciencia perdida de la Atlántida, energía qi, método Yam-ya de reconexión a la energía de los ancestros y liberación de memorias antiguas, astroenergética, quiroenergética, biorritmología y biomagnética.

 

Tanta sabiduría junta se vende a 9 euros por un día o 12 por los dos días de feria si se compran las entradas anticipadamente.

 

No tengo competencia ni conocimiento alguno como para valorar estas propuestas. Y además, mi formación tomista me invita más bien a pensar que en todo puede hallarse algún destello de verdad, si se busca con nobleza. Pero reconozco que muchas de estas -¿cómo llamarlas?: “¿artes?”- me suenan a enrocamiento sobre uno mismo, a autosuficiencia espiritual, a “yoyeo” revestido de palabros.

 

Me quedo con la necesidad de profundidad y liberación que denotan. Siempre, no obstante, creeré que la salvación, la felicidad, la libertad y la paz perdurables vienen por el encuentro con el diferente y, para quien quiera más, con el Totalmente Otro.


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Autor(a)
21 de octubre de 2013 a las 18:08

Por separado, muchas de esas doctrinas sí son interesantes. La psiquiatría es fascinante, por ejemplo, y ayuda a salir del agujero a muchas personas, aunque para mi gusto es demasiado cara. El budismo es una disciplina oriental de la que podemos aprender mucho y la cábala es nada más ni nada menos que una importante parte de la mística hebrea (repásese el Zohar, de 1588). Las disciplinas chinas que citas (medicina, tai-chi, feng-shui) tienen miles de años de antigüedad. El yoga es el camino de conexión espiritual de muchos hindúes desde tiempos inmemoriales; hay quien dice que Jesús estuvo en la India, aunque eso es algo que nunca sabremos. La meditación es una forma de trabajar con la mente y el espíritu que está, de una u otra forma, en el corazón de la mística de todas las religiones. Otras cosas que mencionas ni sabía que existían, pero me parece que estas disciplinas que he nombrado no son ni mucho menos negativas y pueden ayudar a una persona en la búsqueda de Dios y de sí misma. Eso sí, que vaya batiburrillo que han formado, pero no deja de ser curioso.

Anónimo
22 de octubre de 2013 a las 15:22

Claro que sí. ¿Cómo no van a ser importantes muchas de ellas? Por alagarme, sólo del budismo diría que me merece tanto repeto y atracción como mi fe. El monacato budista una admiración inconmensurable, por su saber milenario, profundo, verdadero... Pero tan respetable me parece que lo que me irrita son esta propuestas en que todo se mezcla, se vende, se adultera a gusto del consumidor que quiere en unas sesiones arreglar su vida, cuando algo así pide entregar la vida entera, lleva una existencia entera. Muchas veces el hombre posmoderno quiere quedarse con lo que proporciona una calma momentánea, lo que es fácil, bonito, incluso exótico por puro regodeo intelectual, sin compromiso alguno, sin verdadero interés en transitar caminos muy largos, muy profundos...
A veces sieno la tentación de la impaciencia ante alguien que me comenta que ha descubierto que sus problemas de energía estaban en tales alimentos, o que cambian mil decenas de veces la colocación de su mobiliario buscando los puntos energéticos y llenan los rincones de amuletos, o se ponen joyas de piedras positivas... Algo habrá de bueno, pero me irrita que no veamos a veces que precisamente el problema fuente de los problemas es ese enrocamiento, ese yoyeo, esa hipocondría sicológica fruto de un apego, un narcisismo, un continuo estar calibrando, midiendo, haciéndose análisis de su estado de energía positiva, autoestima, biorritmo, aura. Me parece egoista. El problema es precisamente el yo hipertrofiado. Y eso me refería.
Creo que el post es respetuoso.
Antonio Praena

Anónimo
24 de octubre de 2013 a las 01:38

Comprendo que la intención, pero no quería dejar de resaltar el valor de algunas de las disciplinas señaladas. Por separado, claro.

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