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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

2
Mar
2011

Ver visiones

5 comentarios


No sé si hoy he desobedecido al Espíritu Santo. Tenía que predicar en la Eucaristía comunitaria de la mañana y había pensado unas palabras basadas en la expresión “no sabéis lo que pedís” que dice Jesús en el Evangelio de hoy. Pero durante el canto previo de los laudes, quizá conmovido por la voz del salmista, Vicente Botella, quizá por la fiebre que acarreo desde hace días, he visionado una escena basada en otra frase del evangelio del día, la que, hablando de la subida a Jerusalén, dice: “y Jesús se les adelantaba”.

 

 

Era como una visión de las que leemos en autoras medievales y en las que relatan aspectos de la Pasión que ellas veían y revivían. He visto a Jesús con prisa por subir a Jerusalén, feliz de llegar allí donde tenía que culminar su misión, entusiasmado por predicar en el Templo lo que ha predicado en las aldeas, deseoso de curar, de anunciar salvación, perdón, misericordia.., como quien, intuyendo el desenlace de rechazo, pone toda su energía pensando que aún es posible, que está en lo cierto, que hace lo que su Padre quiere.

 

En mi visión Jesús subía tratando de salvar la inocencia de su instinto más niño: el de quien cree que aún es posible, que va allí donde está el centro de la religión en que ha crecido y aprendido y aún alberga la esperanza de que, seguramente, encontrará quien comprenda su mensaje y vea en él la coherencia con la historia de la salvación que su madre, María, le ha transmitido. Jesús subía con esa emoción que siente quien ha decidido llegar hasta el fondo y, sopesado el riesgo, decide que el sentido de su vida está en seguir adelante.

 

Veía yo todo esto y lo sentía. El sentimiento de Jesús me embargaba.

 

Mi exégeta de consulta me dirá que la explicación del versículo es completamente otra. Mi teólogo asesor me hará ver que la interpretación personal y subjetiva de la escena está fuera de sentido coherente. Mi director espiritual tratará con paciencia de hacerme asumir la incompatibilidad de mi vida pecadora con el hecho de ver visiones. Mi sicólogo me mostrará cómo, en vez de sentir yo las emociones de Jesús, mi imaginación ha hecho vivir a Jesús los que son sólo sentimientos míos.

 

Pero lo que más me duele es que al final he predicado lo que tenía preparado. Y no sé si he obedecido al Espíritu.

 

Y aún sigo con fiebre.

 

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Dr.J
3 de marzo de 2011 a las 00:13

Hola, quería decirte que esa experiencia es constante, lo que pasa es que no queremos verla, precisamente no queremos "ver visiones". ¿La autora medieval que dices no será Hildegard von Bingen?
Yo acabé de leer lo que decías sobre la Virgen del Rosario y me puse a escribir algo que tenía que pasar en una Iglesia un 7 de Octubre. Como no sé nada de liturgia miré un librito que trae todo el año y ¡zas! resulta que allí estaba la Virgen del Rosario. Claro que entonces ya no pude escribir lo que tenía pensado.
En fin, suerte con tu examen de conciencia y gracias. Una curiosidad de ignorante ¿podéis dejar desierta la predicación si un día no se os ocurre nada, a pesar de ser O.Ps? por ejemplo los días de fiebre

Anónimo
3 de marzo de 2011 a las 01:06

Claro, Dr.J: antes que hablar por hablar o decir sólo lo que se le ocurre al predicador sin inspiración ni preparación, mejor dejar hablar al silencio, que, según un proverbio dominicano, es el "padre" de la predicación, como el "Silencio Fontal", el "Silencio origen", es Padre del Hijo-Palabra, predicación!
Antonio

javier langarita
3 de marzo de 2011 a las 09:19

que te recuperes Antonio.

Miaumiau
3 de marzo de 2011 a las 11:22

Estimado Antonio:
Predicar con fiebre, no es aconsejable, la prudencia estima tratarla, porque si nó
vemos visiones. "no sabeís lo que pedís" es una indicación de Nuestro Señor a pedir, no aquello que nosotros queremos, sino lo que Dios quiere, si no lo hacemos correctamente, Su Misericordia nos ayudará!. Ignoro el asesoramiento, tan especializado que se necesita para interpretar un texto y es positivo que así sea
la preparación, la sencillez, la razón y la fe, es una sana dirección...las visiones y proyecciones,se abordan desde diferentes disciplinas...el éxegeta contempla el texto desde su especialidad,y tu sicólogo, cuidará de que tus proyecciones sean pacificas y te sumergan en la paz y el seguimiento..las lecturas reductoras y parciales, tiene esto.(ah! la incompatibilidad del pecado..es lo que nos hace buscar su perdón).mientras tanto.. felicidades por tener una imaginación que te acerca a Jesús ..con fiebre o sin ella.Cuidate

Para que no bajen las estadísticas
4 de marzo de 2011 a las 01:19

Alfredo Estrada Sánchez ggg, de momento nos conformamos con no estorbar.
El miércoles a las 21:34 · Me gusta
Alfredo Estrada Sánchez ggg, de momento nos conformamos con no estorbar.
El miércoles a las 21:34 · Me gusta
Antonio Praena ???? no entiendo, me he perdido algo?
Hace 23 horas · Me gusta
Alfredo Estrada Sánchez Tampoco yo! y doblemente???? Quizá son estas décimas de fiebre que no me ayudan a una percepción más precisa, o quizá la necesidad que a veces se siente de pensar en complementariedad. Me traté de referir, Antonio, muy breve, a dos ideas de tu «ver visiones» que comparto y me sirvieron de ayuda para comprender. La primera en concebir la existencia como puro acto «Pero, lo que más me duele es que al final he predicado lo que tenía preparado» y en el «Pero» me vuelven las clases de Juan José Gallego ...«un ser no sustancial, sino puramente actual». Schrödinguer diría: ...cuya aparente sustancialidad en realidad sólo resulta de los movimientos de las ondas superpuestas. (Me caigo de sueño, voy a por un buchito coca cola) La segunda alusión del observador se detiene en «...el sentimiento de Jesús me embargaba... Y no sé si he obedecido al Espíritu», y aquí, mi trinitólogo de cabecera recuerdo que me comentó un día, "bueno, de momento, confiamos y procuramos no estorbar al Espíritu". No olvidemos que en la respuesta hay siempre parte del problema y parte del que lo plantea. No se da la pura objetividad ni el puro observador. Digo más: cuanto más alto está humanamente el objeto y cuanto más compromete al puro observador, es menos posible la pura distancia y la pura objetividad. A los hombres no se nos concede esto. Quien lo intente, se engaña, no experimenta nada, por eso la realidad Dios sólo aparece a quien entra en la fe y así recibe respuesta, los propios problemas, que al reflejarse el yo, nos enseña algo sobre Dios. Y Este comentario me está resultando del todo innecesario. Vale.
Hace 21 horas · Me gusta
Antonio Praena No. No es innecsario. Para nada! Abre una nueva lectura. Nos hece notar la importancia entre lo que vivimos y nosotros mismos al vivirlo. Y, sobre todo, la forma en que somos impresdincibles para que la mediación del espíriti sea la única imprescindible. Deberías ponerlo en el blog, que luego parece que no lo lee nadie jejeje -auqnue eso no importa- y, además, es interesante.
Hace 10 horas · Me gusta

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