Dic
Un vaso de agua
3 comentariosEn tiempos de crisis y agitación se hace necesario regresar a las cosas sencillas.
No hay mejor manera de ser radicales. Porque hay formas de volver a las raíces que lo único que hacen es abrasarlas, agostar las raíces. Radicalizarse es eso, aferrarse a la raíz y olvidar su sentido, su destino de flor y de fruto. Disecarla fuera de la tierra que es su hermana. Convertirla en áspera rama, desvitalizada, para que, en vez de árbol, sea instrumento de ataque o de defensa.
Pero nuestras raíces piden agua. “Un vaso de agua” (Pretextos, 2018) de Lola Mascarell es uno de esos libros que detienen el tiempo y nos hacen reparar en lo sencillo admirable. Una rosa en la ventana ante el azul inmenso. Donde es más rosa la rosa y más azul lo inmenso. La sed que nos espolea y, escuchada la sed, no dice sino amor. La verdad del amor que en la otredad es amor y no tan sólo un sucedáneo.
La lluvia que se funde con la tierra, el barro que, en su imagen poética, se transforma en muerte dentro de la vida para que la vida sea más vida.
La poesía de “Un vaso de gua” nos recuerda que un día una maestra contempla un vaso de agua en el alfeizar, que con su lápiz lo dibuja. Que un día esos trazos ocupan la sala de un museo; que alguien contempla en un museo un vaso de agua que alguien vio cuando los niños se habían marchado de clase y, ante el dibujo contemplado ahora, escribe un poema con la mano suya que es mano de todos. Es decir, el misterio de la vida que nos antecede y nos sobrevive.
Las hojas de los álamos cantando. Esas que vuelven a caer cuando nuestros ojos se posan en el poema que dice “hojas de álamo cantando”.
La ternura de la madre, el olor de los huertos. La sinrazón del viento que nos lleva. Lo que lleva nuestro cuerpo a tu cuerpo. Estos son los temas que Mascarell trae providencialmente a un mundo que necesita recuperar la mirada inocente.
Su libro "Mientras la luz" brindó el título a la exposición pictórica de José Saborit que podemos visitar en O_Lumen. Este viernes 21 de diciembre a las 20,00 h. tenemos una cita con su poética.
Dialogaremos sobre la plenitud de la vida, ese misterio, su milagro, del que su escritura deja testimonio con transparencia, vacío, humildad. Lola desvelará aspectos de la relación entre pintura, palabra, contemplación. De esa espiritualidad que trasciende tradiciones y nos devuelve al asombro más humano, el primigenio.
Desde su personal acento, desde su profundidad, también podremos abordar aspectos de actualidad social y artística.
En estos momentos en que es fácil entregarse a la crispación social, política, conviene celebrar la belleza de las cosas sencillas que en la voz de Lola Mascarell llegan a ser palabra habitable.