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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

13
Mar
2022

Tiempo y deseo

1 comentarios
Hilario Barrero

Me lo contó Pablo García Baena, aunque era cosa conocida. Cuando en 1980 publicó en una plaquette los poemas "Tres voces del verano", que diez años mas tarde formarían parte del libro "Fieles guirnaldas fugitivas", Pablo, como solía hacer, distribuyó este anticipo entre amigos y poetas, entre ellos, alguien que había sido su compañero de colegio en la infancia cordobesa.

Cuando meses después se encuentró casualmente con él, Pablo le preguntó a este amigo, que era dominico, qué le habían parecido esos últimos poemas, presuponiendo que, con la confianza que se tenían, le echaría un rapapolvos. El religioso le devolvió la pregunta al poeta de Cántico: ¿qué te han dicho los demás? -Que están muy bien. -Pues lo mismito que te digan te digo yo.

Esos poemas representaban un cierto cambio de estilo en Pablo, un giro hacia una expresión vital más inmediata. El erotismo, el amor y el sexo aparecen en ellos de forma más candente.

Pablo -también me lo contó varias veces, pues, aunque era asunto conocido por todos, yo llegaba tarde a este mundillo y era prácticamente un ignorante- había tenido que marcharse de Córdoba destino de una nueva vida en la Costa del Sol, donde se reinventó tras años de tristeza y el corazón roto.

Hilario Barrero -siempre que leo a Hilario me acuerdo de Pablo, aunque su generación y estilo son tan diferentes- también se marchó del Toledo gris de la posguerra y, pasando por Barcelona, encontró en Nueva York el escenario donde el amor y la libertad desplegaron toda su potencia.

Poco después, el Nueva York en cuya Universidad Hilario Barrero ha ejercido como profesor se convirtió en el escenario del azote del sida, que se llevó a muchos de los amigos del poeta, y de los atentados del once de septiembre, que el poeta contempló en directo desde la terraza de su casa en Brooklyn. 

"Tiempo y deseo" recoge la obra poética de Barrero escrita a través de 50 años y nos regala algunos poemas inéditos. Exilio interior, peste y principio del fin de un mundo que ya está aquí son los temas que encontramos.

La emoción profunda que los poemas de Hilario me producen tiene que ver con la verdad de un hombre, la verdad de un tiempo y la verdad de una ciudad.

Al leerlos una y otra vez, asisto a unas décadas difíciles, pero, sobre todo, al voltaje moral de quien en ellas se fue haciendo mejor, más fuerte, más humano, más libre y más fraterno.

Ahora todo parece más fácil, pero estamos más solos, somos menos libres y ya sabemos que no nos tenemos los unos a otros tanto como pensábamos, lo cual es solo una llamada a apostar por nuestras mejores potencialidades sin perder el tiempo en lamentos.

Con "Tiempo y deseo" (Libros del Aire, 2021) me conmuevo, me reconozco, me siento menos solo y más capaz. ¿Qué es lo que nos interesa de un poeta? -se pregunta en la introducción José Luis García Martín-.  Que tenga voz personal, que trace un autorretrato en el que podamos reconocernos, que su visión del mundo enriquezca nuestra visión del mundo -se responde-.

Eso de que nos podamos reconocer pasa por la necesidad de la ficción, porque la poesía es una ficción, aquella en la que se desvela el fondo.

El libro de Hilario Barrero lleva meses sobre mi mesa y aseguro que estará mucho tiempo más. Para mí se ha convertido en imprescindible.

Me dicen que en estas entradas nunca porto mucho críticamente y que siempre hablo bien de los libros. Es que yo no soy un crítico: ni sé ni es mi papel. Pero sí reconozco cuando un libro es una revelación de la verdad vital y artística. Entre otras cosas porque la una es condición para la otra.

El rigor de la forma es el camino hacia la profundidad del contenido. Y en Hilario ese rigor es insobornable. Crecientemente exigente en el periodo de estos cincuenta años. Admiro su sastrería cada vez más precisa, limpia, potente y tanto más esencial cuanto más rica y certera en los detalles anecdóticos con los que Hilario Barrero hace de la poesía un verdadero acto de encarnación.

"Tiempo y deseo" es también -y sobre todo- una consagración de la verdad como lo único importante en poesía y en las cosas de vivir. Hilario Barreo se ha convertido en uno de mis poetas de referencia.

Transcribo uno de mis poemas favoritos y que corresponde al libro "Educación nocturna" (1971-2020).

 

SUBJUNTIVO

Y tener que explicar de nuevo el subjuntivo,

acechante la tiza de la noche del encerado en luto,

ahora que ellos entregan sus cuerpos a la hoguera

cuando lo que desean es sentir el mordisco

que tatúa con rosas coaguladas sus cuellos ofrecidos

y olvidarse del viejo profesor que les roba

su tiempo inútilmente.

Mientras copian los signos del lenguaje,

emotion, doubt, volition, fear, joy...,

y usando el subjuntivo de mi lengua de humo

mi deseo es que tengan un amor como el nuestro,

pero sé que no escuchan la frase

que les pongo para ilustrar su duda

ansiosos como están de usar indicativo.

Este será su más feliz verano

el que recordarán mañana

cuando la soledad y la rutina

les hayan destrozado su belleza,

la rosa sin perfume, los cuerpos asaltados,

ajadas las espinas de sus labios.

Pero hoy tienen prisa, como la tuve yo,

por salir a la noche, por disfrutar la vida,

por conocer el rostro de la muerte.

 

 

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Hormias
19 de marzo de 2022 a las 19:16

El cultural de esta semana dedicado a los poetas
Gracias fray antonio por su blog

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