Jun
Soy diferente
0 comentariosDefinitivamente han evolucionado. Ahora en las iglesias saben distinguir un capitel renacentista de uno plateresco –esa algarabía-. Las visitaban y las analizaban gracias a los ciclos de Patrimonio. Ahora las disfrutaban realmente, en compañía de personas cultas.
Desde que se había apuntado a aquellos cursillos, se sentía especial, diferente a las demás. Tenía una visión más amplia de las cosas, podía entender las partes y los detalles de una catedral, podía apreciar la composición de un fresco, desentrañar los símbolos y metáforas de un retablo. Hay tantos mitos en lo religioso. Y la gente no se da cuenta.
Se sentían definitivamente distintos. No les pegaba ya el cuerpo en la catequesis de adultos. La cultura nos hace libres. Son todas tan grises, tan iguales. Les vendría bien modernizarse un poco, hacer más viajes, ver más mundo. Dejarse de supersticiones y beaterías.
En todo caso, ya no me reconozco en esa señora de coro parroquial. Conocer te hace independiente. En aquellas reuniones siempre salían los mismos problemas. Todo aquello está bien para quien lo necesita. Afortunadamente ya tengo otros horizontes. Estas personas son más interesantes, da gusto oirlas. Te desmontan muchas creencias superadas. Es tan hermoso disfrutar el misterio de estos templos grandiosos y bellos. Claro, como la Iglesia tenía todo el dinero y dominaba la cultura…
Se cortó el pelo, se puso mechas, prefiere andar en deportivas; y, desde que Armando se jubiló, me acompaña a conferencias y no está tan liado en las cosas de las cofradías. Nunca me he visto como una beata. Me gusta ir por libre. Está muy bien lo de la Iglesia para quien no ha conocido más cosas, pero desde que me apunté a estas charlas no me las dan con queso...
-...y lo triste es que estaba convencida.