Mar
Melancolía
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Dedicado a Bea, que se angustió con Melancolía
Mi cuñada Rose ha vuelto este fin de semana. Ella y su hermana han salido temprano de compras. Les gustan los zapatos. Cada vez que se reúnen los suelen comprar compulsivamente. Van y vienen al coche con bolsas de zapatos. Tienen zapatos de todos los modelos, de todos los materiales y colores, para todas las ocasiones.
También me compran a mí un par de pares. A su gusto, claro. Los tengo de ante rojo para combinar con chinos, oxford para vaqueros, bicolores años treinta para blazer... Infinidad de zapatos.
Han vuelto a mediodía cargadas de bolsas. En la radio han dicho que ha comenzado la cuenta atrás y han descrito cómo será el desenlace. Está previsto que el planeta Melancolía colisionará con la tierra aproximadamente por la parte pacífica de Indonesia. Pero el impacto de la colisión no dañará a nadie ya que todos en esa zona de la Tierra habrán muerto unas horas antes debido al vacío atmosférico que la cercanía de Melancolía ocasionará en el cielo de ese lugar del mundo. El resto del planeta notará ese vacío unos minutos después, pero tampoco notaremos los efectos de la colisión debido a que también habremos muerto por asfixia unos minutos antes.
Es más que probable que los animales adviertan por adelantado los efectos. Por eso acabar con sus vidas es una decisión ética recomendable, según la radio. En apenas cinco o seis horas no quedará nada de la tierra. Las últimas imágenes de Melancolía aproximándose son muy hermosas, han comentado. Se lo digo a Rose y a mi esposa mientras se prueban y me muestran los zapatos que han comprado esta vez: ¡están tan entusiasmadas! Se vuelven como niñas con los zapatos.
También le he dicho a mi esposa que el jardinero viene a las tres a arreglar el césped. Cobra muy cara la hora, pero esta vez no ha parecido importarle. Rose tiene previsto regresar a la costa esta misma noche. Siempre toma el mismo avión.