Celebrábamos hace poco la fiesta de la Virgen del Rosario culminando con una solemnísima procesión por las calles de Granada.
Ya que en estos momentos el camarín de la Virgen, considerado una de las joyas del barroco andaluz, está siendo restaurado por la Junta de Andalucía dentro del programa Andalucía Barroca, la archicofradía del Rosario y los Padres dominicos hemos considerado que hay que conocer también lo inmaterial, el fin de esta increíble obra de arte, para lo cual hemos organizado tres conferencias.
Para entender este camarín quisiera hablaros de la importancia de la luz dentro de la devoción a la Virgen del Rosario de Granada. Dicen que estando la ciudad de Granada asediada por la peste, los granadinos hicieron unas rogativas y se manifestó una estrella en la frente de la imagen con los colores del arco iris, desapareciendo la epidemia pocos días después (el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz). Si nos adentramos más en la devoción a la Virgen del Rosario en Granada, tenemos dos elementos importantes que nos hablan de la luz: el vestido de plata cincelada (el fulgor de la plata) con que se vistió la imagen en 1626 y la concepción misma que guía la obra del camarín.
Imaginad, una imagen vestida completamente de plata: ¿de que puede rodearse? De luz. Por eso lo mas importante en el camarín de la Virgen no son las valiosas pinturas, la rica arquitectura, los jaspes, el oro, los mármoles... sino la luz, luz que entra no se sabe bien por donde, y que se multiplica, se amplifica, se refleja en la infinidad de espejos y azogues que configuran la estancia, sin dejar literalmente ni un hueco, creando un espacio representación del mundo aristotélico-tomista. El suelo –el mundo- es un cuadrado con un mosaico que representa las cosas mundanas: ¿qué cosa hay más representativa del mundo que las espadas, las armas, la guerra? Pero el mundo no se queda aquí, si elevamos la mirada, vemos reflejos de luz, reflejos que nos hablan de Dios: estrellas, soles, angelitos asomándose a las ventanas... En el camarín no aparece la imagen de Dios creador, solamente aparece la luz, envolviendo a la Imagen de la Virgen que, entre el cielo y la tierra, queda como morada de la luz de argénteo vestido resplandeciente por los rayos.
Alejandro Corral Labella