May
Libertad y cine
2 comentariosQué poco éxito, Dios mío. He creado un grupo en facebook pidiendo la libertad de Jafar Panahi y sólo se han unido 6 personas: gracias a los 6.
¿Y quién es Panahi? Pues es un director de cine iraní. Autor de películas como El espejo, El círculo, u Offside. Este año iba a ser parte del jurado del festival de cine de Cannes, pero se le prohibió salir del país y fue encarcelado. ¿Su delito? Apoyar a la oposición en las pasadas elecciones iraníes, poner flores en homenaje a la joven víctima de las revueltas en Irán, filmar –según las autoridades locales- una cinta subversiva. En fin: supongo que no resignarse a volverse loco, como medio loca se volvía la protagonista de su cinta El círculo.
Los cineastas de la llamada escuela de Teherán antes se las ingeniaban para denunciar la situación de su país sin que las autoridades lo notaran. Así, por ejemplo, a Abbas Kiarostami le bastaba montar la cámara en el asiento trasero de un coche y absorber la realidad de las calles para que, arrojada la imagen en occidente, nos diéramos cuanta de lo que allí pasaba.
Pero de todo se harta uno. Y -es cosa de la edad, tarde o temprano debería sucedernos a todos- un día te levantas de la cama y te das cuenta de que te vas a morir ya más pronto que tarde, que estás más cerca del fin que los estabas antes y que no merece la pena vivir con miedo los días que te quedan, ni con la lengua doblada ni con la espina dorsal tronchada ni con las rodillas sangrando en el asfalto ni con los ojos mirando a otro lado menos hacia donde importa. Y dices lo que ves y claro… pasa lo que pasa. Y pasa.
Si yo fuera el rostro de la ternura terrible, como Juliette Binoche, si grabara un video con una bolsa de plástico en la cabeza y lo colgara en mi página… a lo mejor alguien más se habría unido al grupo del facebook. Pero no. Sólo soy alguien que pierde el tiempo viendo alguna peli iraní y para colmo le encantan. Y que no sabe estarse quietecito.