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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

27
Mar
2010

Las briznas

3 comentarios

 

Me vuelvo a encontrar con él. Y a bocajarro. Me reafirmo por tanto en mi convencimiento y digo que a Dios se le encuentra en lo insospechado. Hay que amar lo insospechado (otra vezla Liddell). En donde nada parecía (cita tipo s. Juan dela Cruz).

 

Juan Carlos Friebe y yo estábamos muy cerca, en la misma ciudad, y no nos encontrábamos. El artista, el agitador, el de la vida en límites me manda su libro y es un libro de horas, un mapa del espíritu, un eco en tinta del Misterio. Yo, el fraile, el oculto, le envío el mío y es un cúmulo de pasiones de vida y de muerte, de soledad y de sexo, de cordura y de desvarío. Nunca sabes dónde albescet veritas (esta es de S. Agustín)

 

Las Briznas, el poemario de Friebe, me ha dejado suspendido y asombrado. Se subtitula Poemas para consuelo de Hugo van der Goes, que fue el más grande pintor de la segunda mitad del s. XV en los Paises Bajos. Doliente de no se sabe qué –porque, ¿quién sabe qué es la melancolía?- y tras intentos varios de suicidio, Hugo ingresó en un convento. Pero nada curó su enfermedad.

 

Os dejo los poemas. Y me quito el sombrero (bueno, el bonete) ante Juan Carlos. Por fin amigos.

 

 

 

DESCENDIMIENTO

 

II. Cuyus animam gementem,

contristatam et dolentem,

pertransivit gladius.

Stabat Mater

¡Si yo hubiera nacido, Señor, otro!

¡No este corazón estremecido en zarzas,

ni esta alma consumiéndose en rescoldos!

¡De qué materia ardiente nos hiciste

que el batir de unas alas alimenta la hoguera,

que hasta el aire que mueve una hoja al caer,

o la más suave brisa eleva llamas!

 

¿Cómo diste conmigo, en qué momento

decidiste por mí esta existencia

sujeta a una consciencia que no amara

sino el mundo y la vida, nola Gloria,

la Caídadel Hombre, no tu Descendimiento?

¿Cómo fue que conmigo derramaste

el don de celebrarte, y el don de ser humano?

Si yo hubiera nacido, Señor, otro,

¿acaso no te celebrara en canto

cuanto el cielo cobija bajo manto estrellado,

si suave ave con trino armonioso,

si fresa rosa con intenso aroma,

si luz fugaz con placentero arrullo,

si mies hogaza para ácimo pan?

 

¿Cómo diste conmigo, cómo fue

que consentiste en mí cuando sabías

que la melancolía de lo efímero

socavaría mi alma lentamente?

¿Cómo fue que quisiste quererme pese a todo,

cómo que me trajeras a tu lado

sólo para entender que me llamabas?

 

Si he de morir, muera; si ésta el ara, heme;

si dispuesta la pira, aquí la tea;

y si éste tu deseo, ahora arda

sin dejar que una brizna de mí me sobreviva

ni un rastro de ceniza de quien fuera;

si he de partir, parta;

lo que haya de ser, sea.

 

 

 

 

PRESAGIO DE MUDANZA

 

 

XVI. Fac ut portem Christi mortem

passionis fac consortem,
et plagas recolere.
Stabat Mater

 

Se olvidará de mí la vida un día,
se olvidará la luz de despertarme,
y el tornasol del Sol vendrá a velarme
con Luna de mortaja compañía.



Estoy ahí, ahí, la voz vacía,
rogando ay y aliento para alzarme,
en la garganta un garfio al que aferrarme,
y el grito preso en la mordaza estría.



Heme ahí sola carne desahuciada.
Un cuerpo inerme, lívido e ingrato,
recién ceniza lo que fuera llama.



Heme aquí: esto. El alma descarnada.
Como aguardando de otra voz mandato
que le ordene: Levántate y ama.

 

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Cata
28 de marzo de 2010 a las 13:47

Asi parece, que se encuentra en lo insospechado, ya que nuestro Señor no es Rey de este mundo, se muestra mas bien diferente a la gloria y orgullo de este mundo,
En cuanto a Hugo, si tenia una enfermedad mental , no podia curarse en un convento sino en un psiquiatrico.

manmen
28 de marzo de 2010 a las 20:19

muy bueno el primer poema pero me quedo con el segundo. Comparto esa sensación de lo que ocurrirá a la llegada de mi muerte.

llameantes
29 de marzo de 2010 a las 08:20

la llama es eterna : nunca dejamos de llamear. Cambia la intensidad, el fulgor

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