Dic
La infancia de Dios
3 comentarios¿Y qué le puede faltar a un Dios para arrojarse a este mundo a amar lo pequeño? ¡Desde Hegel se ha hablado tanto de la muerte de Dios!, de la debilidad que Dios elige al humanarse... Mas ¿por qué no hablamos de la infancia de Dios?: Dios ha sido niño.
Si en la encarnación Dios se ha unido en cierto modo a cada hombre, a todo lo humano se ha unido, y a cada niño que ha sido se ha unido, para empaparse de infancia también, para conocer todas las edades del hombre, del hombre de cada época y...
Sentir la mano de su madre María que lo lleva a la escuela...
El cansancio de un partido de futbol (-que anacronismo, ¿verdad?)...
Un beso sobre la herida de la rodilla...
El olor de los polvos de talco...
Los tirones del peine en el pelo...
El peso del cuerpo sobre las hojas crujientes...
El misterio de los nidos en los árboles...
Un dedo por un zapato roto...
Una carrera de caracoles...
El pasmo silencioso de una mañana nevada...
¿Sería demasiado ingenua una teología de la infancia de Dios, de la juventud de Dios, del vitalismo de Dios... ya que tanto se ha escrito de la pasión de Dios, de la muerte de Dios, de la temporalidad y debilidad de Dios? Tan ciertas son las unas como las otras: Feliz natividad de Dios siempre joven para todos.