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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

9
Nov
2006

LA GLORIA DE POLLOCK

7 comentarios

El cuadro Numero 5 de Jackson Pollock es, hasta ahora, el cuadro más caro de la historia. La obra ha alcanzado los 140 millones de dólares (109,6 millones de euros).

Del comprador, el mexicano David Martínez, apenas se conoce mucho. El vendedor, David Geffen, es un tipo dedicado a los negocios discográficos que ha ido dando cambaladas en su carrera y que últimamente quiso limpiar su imagen reconvirtiéndose en filántropo liberal. Al parecer, su filantropía se ha hecho muy rentable, a la vista de las suculentas ventas realizadas con estas inversiones en pintura.

Que bella es la filantropía, el amor, amistad hacia la humanidad. Y si encima nos hace millonarios... Parece que con el dinero obtenido, Geffen quiere comprar un importante periódico. ¿También por filantropía?

            Si yo fuera un artista de verdad, dedicaría mis experimentos materiales y metafísicos a encontrar la manera de crear cuadros, esculturas, instalaciones o libros autodestructivos en inversa proporción a su precio en el mercado. Aunque ahora que lo pienso bien, eso ya existe: es el arte mismo. El arte, en genérico, se ensucia y entra en una esfera que no es la suya cuando queda atrapado en el negocio de las inversiones. ¿Cómo reaccionaría Miró al ver una de sus obras en el cuarto de baño de un corrupto político marbellí?

            Sabemos que el mercado hace de filtro de tanta producción, que surte de obras mejores a las instituciones. Pero deja a muchos artistas en la cuneta y eleva a las alturas no pocas mediocridades, a veces de forma empresarial y mediáticamente planificada.

            El cuadro Número 5 de Pollock, cargado de rojos, amarillos y negros, está considerado una de las obras clave del expresionismo abstracto estadounidense. ¿Qué pensaría el mismo Pollock? Posiblemente cualquier barbaridad en sus ebrias horas.

Él, al menos, ya no puede decir nada, pero no sé hasta que punto el artista tiene derecho a hacerse el despistado acerca de las implicaciones éticas en las que queda implicado su arte. Máxime si es un despiste al precio de la gloria... de este mundo.

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lola
9 de noviembre de 2006 a las 21:33

Ya es hora que la ética este presente en todos los ámbitos de la vida, otro gallo nos cantaria, ¿pero claro quien es ético ante tal cantidad de dinero?. Dicen que todos tenemos un precio, hay quien incluso llega a pagarlo muy caro.
Y yo me pregunto, ¿eso da la felicidad?¿el dinero? ¿como saber si tus amigos te quieren solo por ti mismo?....veo que hay quien esta dispuesto a pagarlo muy caro....

Matuca G. G.
9 de noviembre de 2006 a las 23:23

Los pueblos que son pobres tambien tienen derecho a tener obras de arte. En Mexico hay mucha pobresa, pero tambien hay derecho a tener cosas valiosas. Pero por qúe esos precios es lo que a mi mes escadaliza. Por que las cosas bonitas tienen que ser solo para los potentados.
Los gobiernos tenian que hacer mas posible que la clase popular disfrutara de las cosas lindas con igualdad de oportunidades.
En America muchos artistas se comprometen a hazer arte para todas, pero el dinero lo fastidia todo, y los artistas quieren tambien ser agasajados y se apegan a grupos.

LMDN
10 de noviembre de 2006 a las 20:42

La primera publicación nos situó ante la belleza. La segunda reflexión apuntó al arte y esta tercera desciende al terreno mucho más prosaico del negocio. Del cielo al humus (¿no es esa, acaso, nuestra contradicción constitutiva?). Del binomio belleza-arte al dipolo arte-negocio formando un triángulo imposible. Lo inquietante es cuál será el siguiente nivel: ¿de nuevo la belleza abriéndose camino a partir de la inocencia primordial?. ¿O tal vez la corrupción, instalada y determinante de un definitivo cuarto vértice en un rectángulo en el que resignadamente queden atrapados los sueños?.

MPdP
14 de noviembre de 2006 a las 19:54

Ahora la filantropía está de moda, las Fundaciones. Hoy se da la paradoja de grandes empresas con beneficios astronómicos, en las que no se cuida ni la conciliación familiar y laboral, ni el descanso de las personas que trabajan en ella, personas con un exceso de trabajo tal que hace que cuando vuelven a casa no estan ni para su conyuge ni para sus hijos... para nada, mentes absortas, agotadas y acríticas, por muy preparadas profesionalmente que esten. Decía, que estas empresas, dedican parte de sus desmesurados beneficios a Fundaciones con fines Sociales, que por otra parte les desgrava, no diré que me parece mal, ahora bien, ¿hasta que punto no son ellos mismos corresponsables de esa situación?, ¿por qué no se cuestionan la forma de obtener esos beneficios y qué tiene que ver con la dignidad de sus trabajadores?; una empresa, por definición, tiene que tener beneficios, pero no todas las vias son correctas, tampoco el beneficio desenfrenado.

M. Rubio
14 de noviembre de 2006 a las 20:00

Hoy en dia todo se mide por el beneficio economico que se pueda obtener. Y el arte no podia ser menos. El dinero esta manchado. El dinero que utilizamos para hacer la compra, comer con los amigos o comprar arte es el mismo dinero que utilizamos para financiar guerras y para cometer otras tantas injusticias. Creo que los artistas se han olvidado del papel tan importante que tienen enfrente de la sociedad para denunciar estas injusticias. Supongo que eso no vende y no produce dinero, asi que, para que molestarse?

Paco Rengel
14 de noviembre de 2006 a las 21:15

No se si este caballero mejicano sera o no un gran amante del arte, ni siquiera sé si tiene como pretención compartir con los demas esta obra, poniendo de esta manera su patrimonio al servicio de los menos pudientes;lo que si sé es que me siento culpable(aunque poco) como cristiano, de pensar que lo único que le mueve es la notoriedad,¿o es que alguien había escuchado su nombre antes de la compra del cuadro?.
No seamos ciegos, gran parte del arte y de los artistas se han puesto al servicio del mercado.Bueno, otros tantos actores o escritores se han puesto al servicio de la política.A pesar de lo cual siempre nos quedara la interpretación y el sentimiento que provoca en cada uno de nosotros una obra de arte,espero que nunca le pongamos precio a eso.

Pumpkin
22 de noviembre de 2006 a las 19:05

Realmente, uno ya no sabe por qué se compran o se venden obras de arte; si es porque de verdad el comprador está enamorado de la obra o por el simple hecho de decir me he gastado esta cantidad de dinero en una pintura. Lamentablemente esto esta a la orden del dia, lo cual le quita el valor real que tienen las cosas en la vida.

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