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LA GLORIA DE POLLOCK
7 comentariosEl cuadro Numero 5 de Jackson Pollock es, hasta ahora, el cuadro más caro de la historia. La obra ha alcanzado los 140 millones de dólares (109,6 millones de euros).
Del comprador, el mexicano David Martínez, apenas se conoce mucho. El vendedor, David Geffen, es un tipo dedicado a los negocios discográficos que ha ido dando cambaladas en su carrera y que últimamente quiso limpiar su imagen reconvirtiéndose en filántropo liberal. Al parecer, su filantropía se ha hecho muy rentable, a la vista de las suculentas ventas realizadas con estas inversiones en pintura.
Que bella es la filantropía, el amor, amistad hacia la humanidad. Y si encima nos hace millonarios... Parece que con el dinero obtenido, Geffen quiere comprar un importante periódico. ¿También por filantropía?
Si yo fuera un artista de verdad, dedicaría mis experimentos materiales y metafísicos a encontrar la manera de crear cuadros, esculturas, instalaciones o libros autodestructivos en inversa proporción a su precio en el mercado. Aunque ahora que lo pienso bien, eso ya existe: es el arte mismo. El arte, en genérico, se ensucia y entra en una esfera que no es la suya cuando queda atrapado en el negocio de las inversiones. ¿Cómo reaccionaría Miró al ver una de sus obras en el cuarto de baño de un corrupto político marbellí?
Sabemos que el mercado hace de filtro de tanta producción, que surte de obras mejores a las instituciones. Pero deja a muchos artistas en la cuneta y eleva a las alturas no pocas mediocridades, a veces de forma empresarial y mediáticamente planificada.
El cuadro Número 5 de Pollock, cargado de rojos, amarillos y negros, está considerado una de las obras clave del expresionismo abstracto estadounidense. ¿Qué pensaría el mismo Pollock? Posiblemente cualquier barbaridad en sus ebrias horas.
Él, al menos, ya no puede decir nada, pero no sé hasta que punto el artista tiene derecho a hacerse el despistado acerca de las implicaciones éticas en las que queda implicado su arte. Máxime si es un despiste al precio de la gloria... de este mundo.