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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

20
Oct
2009

Insoportable

4 comentarios

“No hay cerro, ni selva, ni desierto, que nos libre del daño que otros preparan para nosotros”. Eso no es fascinante. Es terrible. Intento comprender por qué sufrimos.

Estas frases, la primera de las cuales es el comienzo de su nueva obra, forman parte de la entrevista que El Cultural dedica esta semana a Angélica Liddell.

 

Siempre me pasa igual. Me ocurrió con Amy Winehouse y Juan Manuel de Prada y ahora reincido con Liddell y… todo un padre Provincial. Me ocurre que me autocensuro, me corto, decido no hablar de algo y luego resulta que ese algo es no sólo muy bien visto, sino hasta de las preferencias de alguien cuya opinión es más autorizada y prudente que la mía, tal la de de Prada o un Provincial. También L. M. Ansón se ha dejado arrastrar por su violencia. Pero basta de justificaciones: nunca aprenderé a ser libre, ni tan siquiera como para poner aquí un link al blog de esta catalana.

 

Sí. Nunca he asistido a ninguna representación de Angélica Liddell -cosas de vivir en provincias, que decía el pedante-, pero he leído bastante sobre ella y me he matado a buscar sus videos en internet. Ejerce sobre mí ese atractivo de las personas de alto voltaje, de los seres raros y brutales en quienes todo lo que tiene que doler y emocionar duele y emociona en un grado de pureza que raya lo insoportable.

 

Liddell estrena nueva obra y promete no dejar indiferente a nadie. Tanto que la realidad será llevada al escenario y la realidad quedará convertida en un teatro mirado desde las tablas.

 

¿Por qué sufrimos? ¿Por qué tenemos que sacrificar lo que más queremos? ¿Por qué nos preguntamos por qué?

 

Pongo aquí dos videos de esta mujer. Y aviso: el segundo de ellos es muy fuerte. Si eres, amigo lector, aprensivo y sensible, muy sensible… posiblemente hasta te guste.

 

 

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lola
22 de octubre de 2009 a las 22:21

si que es fuerte, si.

jc.quiros
26 de octubre de 2009 a las 18:40

No la conozco personalmente pero la fuerza de su discurso es estrapolable al de de las imágenes (sobre todo del segundo); el asesor de mi tesis en la UAH decidió publicar su obra !Perro muerto en tintoreria: los fuertes!, posteriormente se represento en el CDN y ahora descubro que a esta web también le interesa la visión del mundo y la actividad teatral, de esta predicadora de los escarios. Celebro que os guste; a mi personalmente me recuerda mucho al dramaturgo frances Koltes: "ambos deconstruyen el dolor y lo vuelven más humano; CRISTIFICAN CON EL DRAMA, LOS SIGNOS DE NUESTRO TIEMPO ACERTADAMENTE.

duVallon
30 de octubre de 2009 a las 20:34

Ufffff! el body-art y yo no somos muy buenos amigos.
En primero de carrera (Bellas Artes) me tocó hacer un trabajo sobre esta corriente "artística" y acabé con el estómago del revés y pensando que la mayoría de estos artístas tenía serios problemas mentales.
A uno de los primeros grupos de esta corriente los desterraron de Austria por cantar el himno del país mientras defecaban en público. Piero Manzoni, pionero del body-art, envasó sus heces al vacío titulandolo "Merda d´artista". Sobran las palabras...
El máximo hito de este movimiento es Arthur Swartzkoggler (de quién decían que era el mas suave de todos ellos) que decidió revanarse el pene centímetro a centímetro mientras recitaba un poema propio. No me sorprendió nada leer que al mes de semejante happening se suicidara.

En fin, el primer video de esta chica es muy sugerente, no está mal si te gusta el videoarte pero la grabación del happening... no es nada nuevo, ya hace casi 30 años que se viene haciendo y no deja de parecerme absurdo. Si estas amargado por tu pasado y te da por automutilarte lo normal es ir a un psiquiatra y no que te pongan un escenario y una corte de snobs digan que es "la quintaesencia del arte postmoderno".

Antonio Praena
30 de octubre de 2009 a las 23:20

Si es verdad, duValon. Por ponerno a veces interesantes, la de chorradas pseudoarísticas que nos cuelan. Es muy difícil distinguir qué vala la pena y que es una mera chorrda pretenciosa y narcisista del artista. Yo, personalmente, he optado por seguir el instint, algo que me diga: aquí hay misterio, aquí hay alg más, aquí hay poesía, alma, verdad... pero aún así, la linea que separa esto del ridículo es tan delgada. Liddell me gusta, no sé, le veo algo, me inquieta de verdad, y no vive solo de cosas raras: sabe pasar de la delicadeza a la brutalidad, yo le noto más lenguajes detrás del queemplea, me evoca muchas cosas, no me dej igual, está en diálogo crítico con la tradición. La conoce y habla con ella... no sé, no e parece que sea fruto de una pataleta sin más... Pero tu aportación es tna necesaria, por esa tentación que tenemos hacia eso de, como es raro y no se entiende muy bien, debe ser buenísimo, que es lo más pedante que existe.

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