Jun
Fama
4 comentarios-Para alcanzar lo que uno se propone en la vida hay que luchar mucho. Se necesitan constancia, coraje, perseverancia, sacrificio, renuncia, esfuerzo, fe en uno mismo, abnegación, arrojo…
-Desde luego que sí. ¿Y tú que quieres ser?
-Famosa.
Esto es un chiste. Lo he tomado de una revista. Pero cuando doy un vistazo a la televisión, me doy cuenta de que es verdad: jóvenes toreros que quieren ser José Tomás o el Juli y son víctima de cogidas de asta impresionantes porque entran al toro con todas sus vísceras, pero sin la magia, la emoción, la contención, la poesía o la depuración de quienes llevan de verdad el duende en las venas. O, peor aún, jóvenes monísimas y monísimos que quieren ganar concursos de baile por su cara bonita, por su desnuda nalga, pero que no alcanzan con sus miembros la pureza de movimiento y la elasticidad que sólo dan horas y horas de barra fija, ni la elegancia conquistada en la disciplina del ballet clásico, ni la percepción del movimiento y la inmovilidad interiores, base para poder transgredir realmente y pasar a la verdadera innovación.
Carne de un día para los medios. Bailes, faenas, canciones cuya carencia de alma ni la más sofisticada escenografía sostiene. Cuando hay alma, hay arte. Y, entonces, da igual que haya un sólo micrófono o un sencillo violín o que los acompañe toda una orquesta: el alma habla y la emoción –del tipo que sea- trasciende al público, que ya no es publico, sino parte de una experiencia de belleza compartida.
Y, aunque no, también estoy hablando de Eurovisión. Jeje.