Jul
Estética y ética
2 comentarios¿Podemos tranquilamente escribir poemas, hablar de música, de deporte... mientras a nuestro alrededor se pone en peligro la vida de los más débiles? Si la belleza no sirve para llegar a la verdad...., si la verdad no sirve para llegar al amor...., si el amor no es amor a los más débiles de los débiles..., estamos arruinando nuestra existencia y nuestro arte.
En efecto. Se van lanzando globos sonda a la opinión pública para ver su reacción ante una posible ampliación de la ley de aborto. De todo se puede y se debe hablar. Y como este blog es de arte y fe, tenemos que decir que un artista sin compromiso ético, un artista incapaz de volverse contra los razonamientos falaces, un artista que no sabe mirar al fondo, ir más lejos, salirse de la generalidad para mirar lo que desde dentro no se ve... a lo mejor no es un artista, sino un decorador, un maquillador, un embaucador.
Sólo el tiempo hace entender la sucesión de los tiempos: cuando el holocausto nazi se estaba consumando, fueron minorías las que, dentro de un mismo pueblo, escaparon a esa fiebre malvada que a la masa le hacía dar por conveniente y justificado esta degradación de la condición moral de la humanidad.
A veces nos damos razonamientos muy progresistas, pero estamos montados en el tren equivocado, en el tren que va, sin que queramos darnos cuenta, en la dirección contraria: hacia la barbarie, hacia el fascismo más diabólico, hacia la deshumanización, hacia la oscuridad.
Porque en esta supuesta ampliación del aborto vuelve a sonar el razonamiento de la libertad de la madre, del disponer del propio cuerpo, del decidir libremente lo que hago con mi vida. Esos razonamientos son la rampa al vacío. El tren hacia el egoísmo asesino, por más que se adorne con los catetos y acomplejados argumentos de si en otros lugares ya se hace. Argumentos acomplejados. Snobismo ético.
Quiero artistas que canten el derecho de quien ni siquiera tiene voz. Que canten la excelencia de quien, no nacido, es pura y completamente esperanza. Que griten alto que la dignidad y la verdad de la libertad nuestra y de nuestro cuerpo no se consuma más que al dar vida a otro, todas las formas de vida a todas las formas del otro.