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España
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Los tiempos difíciles y las crisis se han mostrado especialmente fructíferos para la creación artística en nuestro país. Es una afirmación poco matizada, pero la literatura –como la pintura- del Siglo de Oro o la que surge tras la crisis del 98 son exponentes incontestables, por más que esta apreciación pueda y deba discutirse.
Llama la atención el excelente momento que la poesía vive en nuestro país actualmente, y un signo de ello es la aparición de nuevas publicaciones dedicadas a ella. Esta semana se presentará en Sevilla una nueva revista que tiene como criterio la búsqueda de la calidad poética por encima de cualquier otra característica. Pocas cosas se saben al respecto, pero promete ser una iniciativa con voluntad de permanencia y de resonancia.
Otra de las nuevas iniciativas es la aparición de la revista “La Galla Ciencia”, que con una voluntad de novedad, de ruptura, con una fuerte personalidad en su arranque, es ya una realidad extraordinariamente bien llevada a cabo. Combinará la publicación digital con la impresa, la cual tengo ahora entre mis manos y cuya belleza final celebro.
Entre los poetas que formamos parte de este “número UNO” de la “Galla” me ha sorprendido el poema de Raquel Lanseros. Si ya tengo a Raquel por una de las poetas fundamentales de nuestro actual panorama, la valentía y la inteligencia de su poema me ha dejado los ojos como platos. Porque echaba de menos entre los contemporáneos un tema, el de España, fundamental para comprender, por ejemplo, a Unamuno y a Machado.
Hay que ser valientes y atreverse a esta libertad a la que Raquel se arroja para tratar el tema, pues –y soy el primero que no está libre de pecado- parece que se impone entre muchos autores la corrección política, la prudencia mediática a la hora de no abordar alguna cuestiones que, sin embargo, están en el debate de la calle.
SIGUE DOLIENDO ESPAÑA
Me duele España
MIGUEL DE UNAMUNO
Yo nací en una patria ambivalente
de corazón dormido por los siglos.
Azufre y néctar,
útero y cadalso,
el zumo de limón en las encías,
el sudor que conserva el recuerdo del hielo.
España nuestra, al borde de tus páramos
las amapolas gritan el nombre de mil muertos.
Los hijos de los hijos de tus mejores hijos
están lejos o en jaulas o en silencio.
¡Despierta, madre,
vístete de una vez,
límpiate las legañas!
Yo que te amo, te juro que aborrezco
el hedor de tus aguas estancadas.
Te miro desde mí para saber qué somos.
Veo esa boca enferma de halitosis
por la que –hoy como ayer- vociferan los mismos.
veo estiércol sobre trigo,
miel pisada,
condena y estrechez,
luz de candiles.
Sin embargo, aquí cerca,
resistiendo al cerrado y sacristía,
veo también cipreses y naranjos,
torrenteras del agua y de la nieve,
manos llenas y sed de calendario.
Veo a Lorca, veo a Velázquez, veo a Machado,
Miguel Servet, Quevedo, Garcilaso,
Larra, Picasso, Hernández, Rosalía,
Ramón y Cajal, Séneca, Espronceda,
Isaac Peral, Gaudí, Goya, Cernuda,
Cervantes, Calderón, Severo Ochoa.
Eso es España. Más allá, la nada.
Raquel Lanseros
"La Galla Ciencia". Revista de Poesía. UNO. Febrero 2014. pp. 46-47