Dic
¡Cuídate, España...
0 comentariosLa angustia de las influencias es una cosa muy cursi que les ocurre a los poetas. Se trata de la influencia excesiva de uno o varios maestros sobre la propia voz, el propio estilo. Por ejemplo: de mucho leer a Lorca, puede que acabes cantando verde que te quiero verde por todas las esquinas, o el exceso de Colinas te haga concitar a la luz en cada verso. Los maestros tienen mucha fuerza.
Para evitar esa angustia de las influencias es bueno mezclar lecturas distintas. La otra noche, entre la Poética de Aristóteles y las obras de César Vallejo, encontré un poema de éste último que casi daba miedo por lo que de premonición tenía:
¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima apesar suyo,
del verdugo apesar suyo
y del indiferente apesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de
¡Cuídate del futuro!...