Jun
Corpus escoltado
6 comentariosNo creo que al Señor de la paz le agrade demasiado ir escoltado por bayonetas y fusiles. Si hemos comprendido hasta el fondo su mensaje, si apreciamos su presencia viva en la Eucaristía, ésta no se puede disociar de las que fueron sus palabras tras la resurrección: paz a vosotros.
Es algo muy lucido, una tradición vistosa y hasta emocionante, sí. No es ser antipatriota –muchos de nuestra generación no sentimos ese rechazo a los símbolos nacionales ni los identificamos con signos fachas; al contrario, nos vestimos sin complejo la camiseta de la roja, vibramos cuando suena el himno de España en una celebración deportiva-. Más bien es tener claro que, por tradicional o vistoso que sea, el evangelio no debe ponerse bajo el amparo o la escolta de las fuerzas militares y de los símbolos políticos.
La procesión del Corpus no es un desfile. No puede tampoco ser instrumentalizada como arma electoralista a favor de un partido o en contra de otro. La iglesia debe ser libre porque anuncia en este mundo un Reino que no es ninguno de los reinos de este mundo. Es el reino de la paz y la justicia, el reino del amor y la libertad.
Ni tan siquiera se trata de plantear el asunto como una contraposición entre tradición y autenticidad, o entre ética y estética. La procesión del corpus debe expresar la que es su tradición propia: ser memoria y presencia del amor de Cristo vivo entre su pueblo. Y también su propia estética: la de la sencillez y la belleza de las cosas simples pero vitales, humildes y excepcionales, como el pan y el vino por medio del cual nuestro Señor se nos da.
Agradecidos a la labor del ejército en sus misiones y servicio democrático en las sociedades modernas… Orgulloso de ser español, ¿por qué no? Pero cada cosa en su sitio.