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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

29
Mar
2012

Compromiso y humildad

6 comentarios


Creo en el compromiso del poeta con los problemas de este mundo. Por más que a veces sea necesaria la distancia para poder ver con una cierta perspectiva, para poder aportar una mirada diferente, para encontrar otros caminos, no creo en la reclusión del poeta en una torre de marfil: además de ser imposible -porque la materia del poeta es el lenguaje y el lenguaje es algo recibido de los otros y fuera del mundo ya no es lenguaje- me parece un gesto suicida de extrema ingratitud. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. Implicadlo, complicadlo, como implicó y complicó su vida la Palabra fontal de todas las palabras.

 

 

Creo también que ese compromiso ha de realizarse en plena libertad. No creo que la libertad del artista sea superior a la de cualquier otro ser humano, pero sí reclamo para él el ejercicio de su propio don –como reivindico el ejercicio pleno del don de aquel que se dedica a curar, a reparar coches, a programar ordenadores…- tal y como ha sido recibido. Es decir: anticipándose por vías propias –las vías del arte no son las del pensamiento, ni las de la ciencia, ni las de la economía...- a los acontecimientos del mundo del que forma parte, al que debe servir y en el que ha de respetar y fomentar las libertadas de los otros en el marco del bien común.

 

En este sentido creo que una buena parte de la función del poeta es denunciar el abuso de las palabras en el marco de la comunidad humana. El poeta no es guardián de la palabra sino siervo de ella.

 

Hoy me implico con la palabra humildad. Creo que palabra y realidad, significado y significante “humildad” son demasiadas veces maltratados y abusados.

 

No son más humildes quienes caminan con el cuello doblado para colarse en la vida de la gente. No es humilde tampoco quien rechaza el diálogo en terreno adverso. No puede la palabra humildad convertirse en instrumento político: arma de doble filo, acaba cortando la seda del guante y dejando a la vista la mano de hierro que se esconde detrás. De no ser cierta, la palabra humildad vuelve contra el no humilde las afinidades que le granjeó. No se presta la humildad a campañas publicitarias. No es la humildad una renuncia a los talentos recibidos.

 

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humildad y verdad
29 de marzo de 2012 a las 18:45

La doctora de la Iglesia, Teresa de Jesús, la Santa de Ávila afirmaba ya en su tiempo, que humildad es andar en verdad. Y andar en verdad pide un caminar despierto, valiente, exigente, comprometido con el servicio. Gracias Praena

Elvelopintado (C.)
30 de marzo de 2012 a las 01:11

Como Pepita Grillo tuya que soy (espero no haberme convertido en una mosc. coj.) tengo que decirte que no estoy del todo de acuerdo. El poeta que, supuestamente, vive en su torre de marfil, nunca ha existido, porque el pretender alejarse de una realidad ya es una forma de enfrentarse a ella. Y yo estoy a favor con todas las formas de rebeldía, más todavía con aquellas que no se ponen la chaqueta de cuero por bandera, sino que trabajan silenciosamente. Te sorprendería saber que Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, que siempre se pone como modelo de poeta alejado del mundo que le tocó vivir, fue políticamente mucho más valiente que Alberti. ¿Sabías que María Teresa León dijo que la Guerra Civil fueron "los mejores años de nuestra vida? Y tanto, porque ella y su marido (Alberti) estuvieron viviendo a lo grande mientras que Miguel Hernández se pudría en la cárcel. Ellos pudieron haberlo salvado, y no quisieron porque él les cantó las cuarenta. ¿Tira los talentos quien huye de la política? No, desde mi punto de vista. ¿Es por ello narcisista o egoísta? Tampoco, porque hay muchísimas formas de ayudar a la Vida. Y, al final de cuentas: el arte más inútil es el más útil a largo plazo. Si no, pensemos en Van Gogh, por ejemplo.
Y no me vengáis citando a Teresa de Jesús para lo que os venga bien, que "compromiso" político como tal no existía en aquellos remotos tiempos. Estaba el Rey, así, en mayúsculas, al que se debía obediencia suprema. Es como pretender llamarla feminista…
Todo dicho de buen rollete. Un abrazote.

Javier Gato
1 de abril de 2012 a las 18:38

Tiene razón Elvelopintado. Por ejemplo, estamos acostumbrados a que desde el colegio se nos repita la antigua teoria de Díaz Plaja según la cual Modernismo y "98" eran dos movimientos diferentes y opuestos: el Modernismo habría sido una literatura evasiva, preciosista, frívola y "afeminada", mientras que el "98" era la "literatura macho" como decía Carmen de Burgos, la literatura austera y "viril" que clamaba contra el mal de España. Por suerte, los estudiosos actuales del Fin de Siglo han corregido no solamente estas valoraciones basadas en criterios sexistas, sino también esa visión antagónica de los dos movimientos. Porque no hay dos, sino uno solo: el Modernismo, y ambos protestan igualmente contra la mercantilización del arte y el utilitarismo burgués. Cuando Rubén Darío habla de princesas orientales y marquesas versallescas no está dando la espalda a su tiempo, sino criticando y muy ferozmente a una sociedad en la que sólo tiene sentido lo rentable, lo observable por el microscopio, lo tecnológicamente útil, valores que sin embargo no evitaron el Desastre en España ni el intervencionismo estadounidense en América. Es desde este enfoque como hay que leer a muchísimos autores que han sido injustamente calificados de frívolos.
¡Saludos!

Miaumiau
2 de abril de 2012 a las 11:45

Hay muchas maneras o modos de ser en los poetas, digamos que existe una pluralidad, la que apunta por ejemplo Elvelopintado. El compromiso poético, es existencial y se expresa en diferentes lugares y en los tiempos-históricos que les toca vivir.La mirada del poeta es como un cristal poliédrico, que refracta, en múltiples direcciones, hacia dentro y hacia afuera. Las valoraciones externas son buenas, cuando aportan, vida, expresión, vivencia. La elección de compromiso no se dilucida solamente con la valoración personal del poeta, ( del pianista nos atrae su ejecución ); el verso, es compromiso de autonomía y desprendimiento, no pertenece, mas que a las palabras, a sus leyes escritas, reivindica la libertad de lo pensado a solas o en compañía.

Antonio Praena
3 de abril de 2012 a las 19:48

Queridos amigos:

Me agradan mucho vuestras aportaciones. Tienen mucho nivel y nos enriquecen por el conocimiento de la literatura que denotan.

Cuando digo que no creo en el poeta recluido en una torre de marfil no hago una crítica a Juan Ramón, por más que su poesía pura haya sido tantas veces presentada como una poesía escrita desde la separación del mundo. Al contrario, creo que, detrás de esa imagen, pese a esa imagen, JRJ hizo una aportación -como tantas que hizo- impagable a la poesía, al lenguaje y al hombre. Creo que el poeta, como siervo del lenguaje, ha de ser muchas veces contemplativo del lenguaje. Creo que la contemplación engrandece la mirada y la capacidad del hombre y lo hace, cuando es auténtica, cuando no es pretexto de una huída, para afinar nuestra capacidad de compromiso por una vía propia y necesaria.

Creo que no hay Premio Nobel de literatura más justamente concedido que el concedido a JRJ. Su influencia llega hasta nuestros días. Resiste, además, las explicaciones reduccionistas a las que muchas veces su amplitud de miras ha sido sometida.

Además he señalado que esa ruptura con el mundo es imposible porque, aun realizándola, es en el fondo una manera diferente de compromiso y de servicio, ya que romper completamente con el mundo supone salir del lenguaje.

La finalidad pues, de esa introducción era dirigir la atención hacia el compromiso que el poeta debe tener contra el abuso, la mercantilización, la corrupcción de las palabras, en este caso la palabra humildad.

Gracias: no sabéis el bien que vuestros comentarios de filólogos y, además, poetas, nos hacen.

Elvelopintado (C.)
3 de abril de 2012 a las 21:07

Gracias a ti, por tu paciencia y buen hacer.

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