Jun
Bloody Sunday
1 comentariosEn Irlanda se cuenta este chiste: un ciudadano del Ulster acude a una entrevista de trabajo:
-¿Es usted protestante o católico?
-Soy ateo.
- Ya, ya… ¿Pero ateo católico o protestante?
En estos días se ha hecho público el resultado de la investigación independiente llevada a cabo para esclarecer las responsabilidades del Bloody Sunday (Domingo Sangriento). Es el resultado de años de investigación que se abrieron tras las conversaciones de paz iniciadas por Tony Blair. El nuevo prime, James Cameron, ha admitido la culpa del Estado Británico y ha calificado las muertes de aquellos civiles católicos como injustificadas e injustificables.
Aquel domingo en que el Regimiento de Paracaidistas abrió fuego contra los manifestantes católicos inauguró una etapa de mayor violencia en Irlanda del Norte y fue causa de que numerosos jóvenes se alistaran en el IRA.
A las víctimas civiles ya nadie les devolverá la vida, como tampoco a las víctimas de los atentados del IRA. Y mucho menos les devolverá el tiempo ahogado en odio a cuantos jóvenes se alistaron en la lucha armada a causa de aquella brutal represión. Los años de vida de un ser humano pueden a veces haberse perdido siendo años de muerte. Contra esa certeza sólo queda la esperanza.
Pero en este blog, que no se ocupa de hechos de actualidad, quería recordar una película que me marcó, Bloody Sunday, de Paul Greengrass, y que he recordado estos días.
Me ha costado horas encontrar la escena concreta, pero valía la pena. Se trata del momento en que, la noche misma de aquel domingo, en un piso perdido en un suburbio, se va formando una cola de jóvenes para alistarse y armarse para la lucha terrorista.
Así, sin palabras, con frío, sin retórica, -la cámara que tiembla: sin duda portada a hombro, la reunión militar filmada tras una puerta, la iluminación sucia y ambiental, el hombre sin rostro de la fila, la ausencia de música...-, se deja constancia de que la violencia engendra violencia. Y pena. Y años grises.
Y me callo, que para eso me las he ingeniado hasta encontrar la escena que quería mostraros.