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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

6
Feb
2013

Amor, amor...

4 comentarios

 

Me gustaría saber por qué, pero no. Por qué, precisamente en los tiempos que corren, vuelve el personal a escribir sobre el amor. Poetas que me importan y que no me suelen dejar indiferente vuelven con intensidad al amor. Y mira que si hay algo peligroso en poesía es escribir de amor, que está todo dicho, que es un terreno minado de cursilerías, lugares comunes, vacías hipérboles e imágenes ñoñas. Pero, aun así, sorteando estos escollos, hay quien se atreve a ello, como Manuel Vilas –no suele dejarme indiferente- que escribía esto en facebook:

 

 

Hasta el Amor es una construcción cultural. Mira que para que yo diga eso, que Vilas diga eso. En ese sentido, el Cristianismo fue un Top Gun del Amor. Para demostrar que el amor no era una construcción cultural, es decir, un pacto social de carácter civilizador, Cristo se dedicó a amar lo imposible de amar: leprosos, prostitutas, ladrones, escoria. Pero no tuvo éxito porque eso solo era literatura, una perfomance judía de carácter preliterario, eso era. (…)

 

El pobre Nietzsche se murió pensando que superaríamos las construcciones culturales algún día; a eso lo llamó el Superhombre.

 

Me gusta Vilas porque tiene algo que decir. Sólo una lectura estrecha sería capaz de escandalizarse con sus provocaciones que, en el fondo, no lo son tanto y que –y creo que él lo sabe, si es que existe- no son sino una mirada a lo que verdaderamente importa desde un ángulo diferente y distanciado.

 

Y sí. Creo que da en el clavo: el amor de Cristo se caracteriza por lo desmedido e ilógico. Digo ilógico como si dijera sobrenatural. Y sin rédito alguno en una estrategia social. Escandaloso, vaya. Hasta injusto, me atrevería a decir, si suponemos que la justicia ha de ajustarse a alguna medida, a lo debido.

 

Creo que von Balthasar acertó también de pleno al decir que la belleza del amor reside en su inutilidad. Nos salimos, de ese modo, hasta de nosotros mismos y de lo que podemos decir. Una razón más para definir a Dios como amor, sin más.

 

Por el amor se rompen hasta las lindes de lo que ha sido para nosotros la vida. Esa rotura es la más aproximada experiencia en vida de lo que habrá de ser la muerte. Quizá la única manera de acercarse a la muerte antes de la muerte.

 

En mi próximo libro lo digo así en un verso:

 

“No sabe del amor quien vuelve vivo”.

 

 

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Pandorabuscasusitio
10 de febrero de 2013 a las 13:48

Esta entrada me ha gustado mucho, sobre todo el último párrafo y el verso. Eso sí, qué mal me cae el famoso 14 de febrero (Valentín). Es un día reservado a unas pocas personas, cuando debiera ser una fiesta que compartieramos todos los seres humanos. Porque, de una u otra forma (mascotas, amigos, hijos, padres, Dios) es una conexión de la que todos disfrutamos. La vida es más compleja que el mercantilismo.

Ap
10 de febrero de 2013 a las 18:46

Ese amor "made in" El corte Inglés, ese romanticismo a lo Pretty woman... Formas de vender un amor que ni es sombra del amor.

Pandorabuscasusitio
10 de febrero de 2013 a las 22:46

Pretty Woman ha evejecido muy mal. Se ha quedado en una horterada. Y la canción tan bonita de Roy Orbison se ha quedado marcada por la película de marras. En fin...

Elena de Salamanca
11 de abril de 2013 a las 23:03

"Nada sabe de amor quien vuelve vivo", Fragmentos del Romano de Antonio Sánchez Zamarreño

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