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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

25
Feb
2012

Amigo Juan Manuel de Prada:

8 comentarios


No suelo entrar a estos debates. Se supone que este es un blog fronterizo entre el mundo de la cultura y el arte y la fe. Pero el tema que me ocupa también puede verse como una relación de forma y contenido. Además, el punto de partida de mi reflexión es un artículo de Juan Manuel de Prada, autor que en alguna ocasión ha citado este blog en su página del XLSemanal.

 

 

Se quejaba de Prada de la descomposición en que ha devenido la vida religiosa en su proceso de identificación con el mundo, cuando lo que tendría que hacer es ser distinta del mundo para atraerlo. Aparte de que su punto de partida no me parece generalizable, la forma en que él entiende la fidelidad de la vida religiosa a su verdadera vocación me parece equivocada.

 

Se queja, para comenzar, de que hemos dejado de llevar el hábito. Bueno, no debe de estar muy informado porque el hábito lo vestimos. Pero, ya que este tipo de razonamientos me parece superficial, no voy a secundarlo. Me importan más las cuestiones de fondo.

 

Y sí, por decirlo directamente, la vida religiosa debe diferenciarse del mundo, pero no en su envoltorio sino en la manera en la que el mismo Jesucristo se diferencia del mundo, la cual es una manera de estar más dentro del mundo de lo que el mundo lo está de sí mismo para instalar dentro de él el germen de felicidad y de belleza en el que y para el que el mundo fue creado.

 

Es cierto, los consagrados tenemos que ser distintos. Pero hay formas extravagantes e impregnadas de banalidad de ser diferentes. Nada tienen esas que ver con el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios nacido en un pesebre y dado a conocer a gentes de mal vivir.

 

Intento sumergirme en el misterio de Cristo para preparar estas palabras y lo último que se me ocurre es pensar en el hábito que cuelga de una alcayata en mi celda y que dentro de un rato me vestiré para ir a vísperas; o en que debo de abandonar el uso de Internet –este blog, por ejemplo- para ser mejor que los demás; o en que debo de dejar de escribir poesía, ser amigo de poetas gamberros, asistir a sus presentaciones, celebrar sus literaturas –al Cristo lo llamaban borracho, amigo de pecadores y prostitutas- para no contaminarme.

 

De verdad, de Prada me invita a pensar en la fidelidad a mi consagración, pero lo último que se me ocurre es que debo de dejar de ver en la tele los partidos del Madrid –en pacífica, eso sí, convivencia con mis hermanos barcelonistas- y expresar mi entusiasmo por las jugadas de mi paisano Callejón para ser santo. Pienso en Cristo y lo último que se me ocurre es que debo recluirme en una sacristía, vestirme de oscura tristeza, dejar de compartir y repartir mi corazón entre los desesperados del mundo –tan sedientos, también artística e intelectualmente, de un corazón inquieto y sincero- para alcanzar la perfección.

 

Y, aun así, de Prada tiene razón. Hemos de ser distintos y radicales. Sólo que se equivoca en forma y contenido -¿qué importa el contenido, el Evangelio mismo, el destino de un hombre asesinado por la conspiración de los, eso sí, muy piadosa y visiblemente responsables religiosos de su tiempo?-. Sí: hemos de ser distintos, sólo que en el misterio de Cristo, ser distinto del mundo es una forma de entregarse –hasta la extenuación- al mundo para que el mundo tenga vida y la tenga en abundancia.

 

Posiblemente esta vida religiosa no es diferente del mundo. Hemos de ser distintos. Pero ser distinto –desde la perspectiva de Aquel cuyos caminos no son nuestros caminos- significa ir más allá: en más amar; en menos poseer; en derramar más intensamente nuestra vida por la Verdad y toda verdad que venga de la Verdad y en el Espíritu Santo salga a nuestro encuentro –o nos llame a salir a su encuentro- siendo distinta de la verdad que nos gustaría; en ser más humildes y menos arrogantes; en ser más radicalmente castos, es decir: en querer con más absoluto, loco, desinteresado, contracorriente, contracultural, insobornable amor. Distintos, sí. Distintos en siempre hablar con Dios, llevando tan dentro de nosotros la oración y la unión con él que se nos salga por los poros de la mirada y del cuerpo.

 

Y aún más. Me lo aplico como dominico. También, como predicadores, crísticamente diferentes del mundo y más exigentes: más atrevida, radicalmente estudiosos de cuanta luz y belleza quiera alumbrar en este mundo, la diga quien la diga, la pinte quien la pinte, la versifique quien la versifique –ni un relajo religioso aquí-. Más predicadores en los foros –como Pablo: “me dedico a los paganos”- del saber y del no saber; los más difíciles, cuestionantes, adversos, incluso, areópagos de este mundo.

 

Seamos sinceros, compañero de letras y amigo Juan Manuel. Nada nos engañe menos, pues, a nosotros que un recurso literario. Distintos y mejores, sí -gracias por recordárnoslo- en nuestra consagración. Cualquier otra sabiduría, género o estilo, cualquier tela que revista la verdad, cuando no es la gloria de Cristo la que subyace bajo el hábito, no es sino la tela que envuelve el cadáver, la cal que enjalbega el sepulcro.

 

 


 

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Yolanda
26 de febrero de 2012 a las 18:42

Amén. Y , por favor, sigue contaminándote y contaminándonos.

javier langarita
27 de febrero de 2012 a las 10:41

El Sr. De Prada hace mucho tiempo que ha tomado una deriva muy peligrosa. Su contaminación por la asistencia a las terturlias del TDT Party, le hace decir, en ocasiones, verdaderas barbarides. Yo le he oído decir algunas cosas dignas de, si son ciertas, denunciar en el Juzgado de Guardia más cercano. El odio y la ira no son buenas para la razón.

Otro amigo
27 de febrero de 2012 a las 13:42

¿Cómo expresarte mi total acuerdo con tu post? ¿Cómo señalar lo certero y contundente de tu aclaración? ¿Cómo indicar la adecuación de tu discurso?
Y ¿Cómo hacerlo para quien piensa distinto, se sienta respetado? ¿cómo hacerlo cuando en el interior adivino destellos de fundamentalismo religioso?
Siempre que puedo evito tomar partido. Pero.. ¡Cuánto me identifico con tus razones!
¡Cómo quisiera uno poder siempre argumentar con serenidad y templanza ante quien creyéndose con la razón le marca al otro el sendero a seguir! … Y sin embargo lo llamas amigo…

matices
27 de febrero de 2012 a las 18:03

El señor de Prada "matizó" de sus " generalizaciones" respecto a la vida religiosa,despues de la respuesta de un religioso -buscar en RD- a su artículo sobre la vida religiosa.

http://www.masdecerca.com/2012/02/juan-manuel-de-prada-generalizaciones/

Comparto la opinión sobre la trayectoria del señor de Prada. En webs que rozan el fundamentalismo, y se erigen como católicos auténticos

juan viejo
27 de febrero de 2012 a las 19:43

extraodinario comentario fray Antonio

palabras de ida y vuelta
27 de febrero de 2012 a las 20:17

El religioso que interpela a Jose Manuel de Prada es el religioso marianista Jose María Salaverri.
Su respuesta e intercambio con de Prada en el post de 14 de febrero 2012 de su blog:

http://www.anunciando-jmsalaverri.org/2012/02/intercambio-con-juan-manuel-de-prada.html

Gracias Praena

Miria o.p
28 de febrero de 2012 a las 16:23

Gracias hermano, por responder ese artículo y hacerlo de ese modo. Ese "como" lo has hecho, argumenta más, si cabe, que las razones- muy adecuadas- que indicas.
Es el punto justo para "realizar la verdad en el amor".
El Señor te bendiga.

Luis
28 de febrero de 2012 a las 16:39

No puedo estar más de acuerdo, Antonio. Continúa, como dices, derramando intensamente tu vida por la Verdad, reflejando al hacerlo que -como dijo hace tantos años von Balthasar- la verdad es sinfónica.
Un abrazo.

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