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Blog El atril

Fray Antonio Praena Segura, OP

de Fray Antonio Praena Segura, OP
Sobre el autor

8
Ago
2012

Imprudencia

4 comentarios

Voy a cometer un acto poéticamente incorrecto. La prudencia literaria aconseja no definirse mucho en lo que a creencias religiosas se refiere: siempre habrá un premio, algún componente en un jurado a quien la mera presencia de Dios en un poemario le eche para atrás. Aunque, por amor a la verdad, he de decir que muchos de los que más sinceramente creen en mi poesía y me alientan a seguir son ateos. También muchos de mis mejores amigos. Agradezco y admiro su verdadera libertad para apostar por un poeta al que alguna vez, por su condición religiosa, se le ha cerrado alguna puerta. Incluso me han animado, porque, por otro lado, mi poética tampoco es muy del agrado de algunas mentes muy tradicionales.

 

 

Y ahora la razón de ello: soy dominico y esto influye directamente en mi forma de afrontar la literatura. Me da una libertad inapreciable, me inserta en una tradición artística y filosófica de continua relación con cualquier forma de saber o creación con la esperanza de que en todas partes se puede encontrar la belleza y la verdad; de que Dios habla en los márgenes, también del arte.

 

Por otro lado no sé si podría, en este tiempo, estar en la iglesia de una forma diferente a mi condición de dominico.

 

En el s. 13 Santo Domingo envió sin miedo a sus apenas seis frailes a las universidades europeas. Un siglo más tarde Tomás de Aquino recibía las condenas de los maestros de París por incorporar la peligrosa filosofía aristotélica. Un siglo después Fr. Angélico pintaba de una manera que no se parecía a nadie. Y así sucesivamente.

 

Hoy, 8 del 8, es la fiesta de Santo Domingo. Le agradezco la valentía de abrir una forma de vida como la que abrió: pobreza, evangelio, amor a los libros, apertura, verdadera vida común en la que todo se comparte, insólita democracia como gobierno. Gracias a Domingo yo he encontrado mi lugar en el mundo y en la Iglesia.

 

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Celeste
9 de agosto de 2012 a las 18:06

Me alegra que te sientas feliz con tu condición social y existencial, pero discrepo en dos puntos de tu exposición. No te sientas atacado con lo que voy a decir, que escribo de "buen talante". 
El primero y más obvio, es el sub-texto que hay detrás de tu afirmación de que tu "poética tampoco es muy del agrado de algunas mentes muy tradicionales". ¿Todo el que, por cuestiones de gusto o morales, rechaza tu poesía, es tradicional? Eso supone una descalificación -y clasificación- automática de todos tus oponentes. Imagínate que, por poner un ejemplo, J. K. Rowling afirma que a quien no le guste Harry Potter es que tiene una concepción del mundo demasiado realista…¡estallaría Twitter! Eso es poner una pistola en la frente a tus futuros lectores: o te gusta lo que hago, o eres tradicional. 
Por otro lado, no creo que sea malo ser tradicional estéticamente o de pensamiento, al igual que ser vanguardista, mientras se respeten las posturas ajenas. Además, las personas, por definición, no somos etiquetables: más de un hippie nos puede sorprender con una concepción rígida que la vida, mientras que aquellos más aparentemente estrictos pueden ser en el fondo espíritus libres. Nunca sabemos qué hay dentro de la persona a la que creemos conocer. 
El segundo punto es que tu condición de dominico tiene sus "inconvenientes" para el mundo literario, pero también te abre ciertas puertas vetadas a otros poetas. Pasa como con el hecho de ser mujer o de pertenecer a una etnia diferente: te crea obstáculos, pero si utilizas esa característica con inteligencia, te puede ayudar. Eso no es malo desde el punto de vista moral. Al contrario: si se es bueno en algo, debe uno intentar aprovecharlo para ser útil al mundo.Recuérdese la parábola de los talentos. 
Espero que estés pasando unos días agradables. Muchos saludos. 

Anónimo
9 de agosto de 2012 a las 19:00

Anónimo
9 de agosto de 2012 a las 19:00

Praena
11 de agosto de 2012 a las 20:29

Pues sí, Celeste, tienes gran parte de razón. Aunque yo decir que a algunas personas de sensibilidad más tradicional no les gusta el tono de mis poemas es sólo describir algo, no creo que implique condicionante alguno. Quizá suena demasiado totalizador, a lo mejor debiera decir que no les gusta algunos poemas.Por otro lado lo de tradicionales o no tradicionales no implica ningún juicio, y menos moral. Yo también, en algunas cosas, soy tradicional. Se trata sólo también de una afirmación de límites estéticos auqneu es cierto que puede estar ligada con otras posturas tradicionales en otros aspectos vitales. pero yo en eso no entro. Es un terreno reverencialmente personal.

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